Cifra en Colombia pone a temblar por pérdida de plata; estrategia de Petro tendría que ver

Según el área de Investigaciones Económicas (IE) del Banco de Bogotá, el déficit fiscal del Gobierno Nacional Central (GNC) en el primer semestre de 2024 se situó en -3,3% del Producto Interno Bruto (PIB), el nivel más alto desde que se iniciaron las series del Ministerio de Hacienda en 2004.

Este desbalance se atribuye a un aumento del gasto público del 21,3% en comparación con una reducción de los ingresos del 3,9%. Además, el balance fiscal primario, que refleja la diferencia entre ingresos y gastos sin incluir el pago de intereses, fue de -0,9% del PIB, cerca del límite establecido por la Regla Fiscal (RF) para el año.

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La situación presenta un margen de maniobra muy limitado, y el cumplimiento de la RF en 2024 dependerá en gran medida de ajustes en el gasto público, ya que las señales del recaudo de impuestos no son alentadoras. En agosto, el recaudo nuevamente se situó por debajo de las metas del Gobierno, acumulando un déficit de aproximadamente $6 billones en los primeros ocho meses. Aunque el enfoque se centra en el Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2025, las cifras fiscales de 2024 aún plantean serios desafíos para cumplir con la RF.

En el mes de agosto, las empresas y personas pagaron $16,08 billones en impuestos, una cifra que representa una caída del 30,84% en comparación con los $23,25 billones recaudados en el mismo mes del año pasado. En el acumulado de enero a agosto, se han recaudado $178,63 billones, lo que significa $18 billones menos frente al mismo período en 2023.

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Desde el inicio del año, la IE advirtió que los ingresos tributarios estaban por debajo de los objetivos, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas. La alta asignación del Presupuesto General de la Nación para 2024 comenzó a generar problemas de liquidez en mayo, aumentando la percepción de riesgo y la posibilidad de una rebaja en la calificación soberana.

En junio, los riesgos se moderaron tras el anuncio de un congelamiento del PGN por $20 billones para abordar la caída en ingresos. Posteriormente, el Marco Fiscal indicó un ajuste total del gasto de $50,8 billones frente a lo programado. Sin embargo, el cumplimiento de la RF seguía dependiendo de un sobrecumplimiento en el recaudo y de la subejecución del PGN.

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Las sorpresas negativas en el recaudo continuaron en agosto, y se prevé que la meta de ingresos tributarios, ya ajustada a la baja en junio, tampoco se cumpla. En agosto, se registró un descalce de $1,1 billones en el recaudo esperado de renta de personas naturales, lo que indica que la reforma tributaria no está cumpliendo con las expectativas. En los primeros ocho meses, el Gobierno esperaba un recaudo de $184,6 billones, mientras que solo se recaudaron $178,6 billones, dejando un déficit acumulado de $6 billones.

Las proyecciones de la IE sugieren que hay un 96% de probabilidad de que los ingresos tributarios se mantengan por debajo de la meta de $279,4 billones. Solo un comportamiento similar al de 2021 podría cerrar la brecha. En caso contrario, se anticipa que el faltante podría alcanzar alrededor de $10 billones.

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En cuanto al gasto, aunque el Gobierno está ajustando su política de recortes, la caída en el recaudo implicará que estos recortes deberán ser más significativos. A falta de tres meses para finalizar 2024, la preocupación por el incumplimiento de la RF se intensifica. Mientras las miradas están puestas en el PGN de 2025, las finanzas del presente año siguen siendo alarmantes, lo que genera dudas sobre la capacidad del Gobierno para honrar sus compromisos fiscales.