Alerta por vejez en Colombia y baja natalidad: ¿y ahora quién va a trabajar?
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Visitar sitioLa transición demográfica que atraviesa el país advierte los efectos económicos que ya se están viendo reflejados y cómo está el panorama futuro.
En la actualidad, uno de cada siete colombianos tiene más de 60 años y para mediados de siglo serán más de uno de cada cuatro, lo que se traduce en que la población económicamente activa de la actualidad perderá dinamismo en los próximos años.
“Este giro no solo altera la composición demográfica, sino también las bases sobre las que se construye el crecimiento económico, la sostenibilidad fiscal y el diseño del gasto público”, señaló la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de la entidad financiera.
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Después de todo, el menor crecimiento poblacional aumentará las presiones fiscales y obligará a reorganizar sectores como salud, pensiones, vivienda y empleo, pues Colombia se basa en un modelo de desarrollo que aún gira en torno a una población joven. De hecho, ya se ha visto una disminución en la presión sobre servicios infantiles, mientras aumentan las demandas de atención médica, cuidado, infraestructura adaptada y bienes patrimoniales.
Por otra parte, el ciclo de vida económico revela desequilibrios estructurales, pues los ingresos laborales por persona superan el consumo solo entre los 29 y 52 años. Fuera de este rango, tanto la infancia como la vejez dependen de transferencias familiares, estatales o de mecanismos de aseguramiento. En contraste, el consumo muestra una trayectoria más estable a lo largo de la vida.
Según el análisis, en adelante, las decisiones en vivienda, pensiones, salud, empleo y sistema financiero no solo deben responder a una población más longeva, sino también anticiparse a nuevas trayectorias familiares, patrones de consumo más estables y esquemas de ingreso más fragmentados.
“El desafío no es solo contener el impacto, es reconfigurar las prioridades del desarrollo y aprovechar una ventana de oportunidad que, aunque se estrecha, aún puede marcar la diferencia. Lo que está en juego no es solo la sostenibilidad fiscal, sino la capacidad de construir una economía más resiliente, más justa y mejor preparada para una Colombia que envejece”, señaló el documento.
Bancolombia destaca que también hay oportunidades, pues el envejecimiento puede convertirse en una ventaja productiva si se acompaña de políticas públicas mejor focalizadas, instituciones más adaptables y sectores innovadores que atiendan nuevas necesidades sociales.
De hecho, el informe menciona como áreas con potencial los servicios de cuidado, la educación continua, el turismo senior, los seguros patrimoniales, la vivienda adaptada, los mecanismos de ahorro para la vejez y los canales financieros inclusivos.
“La transición demográfica no es una proyección futura. Es una realidad que ya está transformando la economía, la sociedad y las finanzas del país. Más allá del envejecimiento poblacional como fenómeno estadístico, lo que está en curso es un cambio estructural en la forma como se organizan las relaciones entre generaciones, se asignan los recursos y se configuran las oportunidades”, concluyó Bancolombia en su informe.
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