Por cerca de 30 años, los investigadores han estudiado cómo los niños afectan un matrimonio, y los resultados son concluyentes: las relaciones entre esposos sufren una vez llegan los niños. Comparando parejas con y sin niños, los investigadores encontraron que la tasa de declinación en la satisfacción con la relación es casi el doble para parejas que tienen niños que para aquellas que no. En casos en los que el embarazo no fue planeado, los padres experimentan un impacto incluso más negativo en su relación”,

dice ‘The Washington Post’.

El periódico llama la atención sobre el hecho de que a medida de que la satisfacción disminuye, la tasa de divorcios también: “osea que los niños los hacen miserables, pero serán miserables juntos”.

El periódico también llama la atención sobre el ‘mito’ extendido, en especial entre las parejas jóvenes, de que los hijos pueden fortalecer la unión entre los esposos. Las investigaciones también revelan que es solo eso: un mito.

En general, con la llegada de los hijos, el padre tiende a gastar más tiempo en el trabajo y las madres se dedican a las labores domésticas y el cuidado de los niños. Esto trae sentimientos de frustración y culpa entre los esposos. Las mujeres, en particular, se aíslan de su círculo y se sienten ‘empequeñecidas’.

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