Una delas asistentes al evento fallido tomó la vocería y con micrófono en mano dio la noticia de que había que pagar la organización de la boda que quedó sin llevarse a cabo porque la novia decidió a último minuto arrepentirse de casarse con su pareja.
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La mujer dio a entender que hubo una confusión entre el organizador de la reunión social, celebrada en una casa de eventos en Chinú, Córdoba, y el hombre que recibió la sorpresiva respuesta de su prometida, quien supuestamente no se había hecho compromisos económicos con nadie.
“Como ya saben lo sucedido […] Todos aportando nuestro granito de arena con los sobres que trajimos […] Y poder seguir con la fiesta”, dijo la mujer de vestido azul sobre su intención de celebrar pese al desenlace que tuvo la boda.
La idea de la invitada era pagarles a los meseros que repartieron la torta y otros comestibles para , al menos, salvar un poco el fiasco en el que terminó el tan esperado y anhelado día para la pareja de enamorados.
En su discurso, recalcó que quienes no estuvieran de acuerdo con la decisión tenían la libertad de abandonar el lugar señalándoles las puertas de salida del sitio.
“Si no, me sollo aquí”, advirtió la mujer la reacción que tendría si no había arreglo con los presentes que se quedaron hasta último momento.
Acá, las declaraciones de una de las familiares de la novia:
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