Hay un reptil en ti, ¿sabias? Me refiero a ese cerebro antiguo que evolucionó para mantenerte con vida. Está encargado de muchas funciones automáticas e inconscientes, como mantener la homeostasis de tu cuerpo y regular tus signos vitales.

También se encarga de almacenar tus creencias, impulsos y memorias. Tu cerebro reptil conoce tus creencias, eso que interpretaste hace años como la verdad de la vida. Si crees que un cuerpo delgado es garantía de éxito, eso es información que usa tu reptil para escanear el entorno y buscarte cualquier cosa que te acerque a tu creencia.

Lo hace porque cree que es un asunto de vida o muerte. Es decir, en el caso del cuerpo, irás por ahí buscando métodos para lograr cumplir tu meta, bajar de peso, verte como crees que debes verte.

¿Sabias que ese reptil que vive en ti es blanco fácil de millones de expertos en mercadeo?

Ellos saben qué tan susceptible es esa parte tuya que quiere sobrevivir. Es primordial e impulsiva y hará lo que sea para mantenerte con vida. Ellos conocen estos fenómenos y los explotan. Hablan sobre el cerebro reptil en grandes salas y deciden qué producto activará más esos impulsos primordiales.

Más azúcar, más aditivos, más estimulo y promesas cuidadosamente formuladas para seducir esos impulsos prehistóricos. Me indigno porque la gran mayoría de las mujeres ni saben que tienen instintos de supervivencia tan potentes.

Una infinidad de productos quieren movilizar ese reptil y venderle cosas que no necesita. Esos fabricantes saben que su método es efectivo. Me pregunto qué pasaría si hubiera más conciencia sobre nuestras necesidades reales. Sobre cómo conectar y cómo sanar a un nivel profundo.

¿Qué pasaría con la industria de la cirugía cosmética, y con la de las dietas, con todos los libros y métodos para modificar tu apariencia? Sería interesante. Me gustaría verlo. Sé que falta mucho, pero al menos dedicarle un espacio hoy a tu reptil es un comienzo.

LO ÚLTIMO