Cuando te des cuenta de esto, ponte las pilas y ajusta ritmos. Si te has enganchado, desactiva la app por unos días. Si te está quitando tiempo de trabajo, de familia o de tus cuidados personales habituales, date un respiro.

Si te sientes viviendo un caos tremendo porque no te aclaras sobre lo que quieres, sobre lo que deseas y sientes, incluso la pareja más precisa para ti en ese instante va a pasar de largo porque no te verá preparada para esta nueva oportunidad.

Formar una pareja necesita de preparación; estar solo, también. El estar saliendo cada día o chateando hasta la taquicardia con una persona nueva puede llevarte a despistarte demasiado y a convertirse en un chupador de energía. Perderás tiempo y dejarás de cundir en el trabajo o empezarás a dormir mal porque estás demasiado viciado. Si te das cuenta de esto, gestiónalo y vuelve a tu propio control.

Si quieres a alguien especial, piensa en que esto es como cuando estás esperando un invitado en casa y tienes la mesa lista, la comida preparada y las copas limpias. Aquí sucede algo parecido: si tu amor percibe que lo estás esperando, se sentirá invitado a pasar a tu corazón. Pero si ve que hay un sitio caótico, sin preparar, sin limpiar y lleno de trastos viejos, va a rechazar la invitación, porque todos queremos sentirnos especiales.

Cuando no hay química con alguien y aun así te vinculas físicamente con esa persona, lo que haces es perder tu tiempo y despistar a tu corazón. No voy a decirte que puede tratarse de una noche pasional digna de recuerdo, pero cuando la pasión no conecta con el sentimiento,, puede transformarse en una cárcel de instintos muy difícil de controlar.

La mejor fórmula es aunar la pasión con la emoción, con la gratitud y con la honestidad; de esta combinación es más fácil que pueda crearse un amor, un respeto y una reciprocidad más duradera.

Las relaciones que luego no transmiten paz, sino que desprenden ansiedad, son un auténtico calvario. Si alguna vez has experimentado una pasión tipo Orquídea salvaje estarás de acuerdo conmigo que eso puede llevar al psiquiatra al más sereno de los cerebros, porque el fuego consume y el que mete su cuerpo en el fuego se va quemando poco a poco hasta que un buen día arde por completo.

Lo que pasa es que las relaciones casuales permiten saciar instintos, rompen con la rutina, con el aburrimiento y dejan claro que hay necesidades básicas que existen y que hacen que dos desconocidos se suban en un metro para quedar, intercambiar sus fluidos por espacio de dos horas y no volver a hablar nunca más. Esto no tiene nada de malo en sí mismo. Insisto, yo no escribo esta columna para dar lecciones de moral, pero gracias a mi consulta sé que si te has enganchado al dating, si te está costando sentirte bien, si estás teniendo demasiadas relaciones físicas sin sustancia es porque lo puedes hacer de otra forma, con otros tiempos y con otros objetivos. Tú mismo establecerás tus ritmos, tú mismo sabrás lo que te hace sentir pleno y satisfecho, y sabrás con quién te conviene irte y con quién no.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.