Once presidentes estadounidenses esperando que el régimen cayera, y no ha caído. Desde el comienzo de su dictadura y su cesión de gobierno a su hermano Raúl, Fidel Castro ha dejado un legado en Latinoamérica imborrable, y no menos siniestro para el futuro.

Puede haber varias razones para explicar por qué el régimen castrista ha durado y dura todavía.

Primero, la Unión Soviética le dio su soporte material y económico hasta la disolución con Gorbachov. También el régimen chino ha dado su apoyo estratégico. Durante el sostén del Kremlin, Cuba era intocable, y no olvidemos la crisis de los misiles que por poco termina en una confrontación nuclear.

Fue en esta época cuando, desde Cuba, y con beneplácito soviético, se promovieron las guerrillas y movimientos socialistas en Latinoamérica. Muchos muertos, narcotráfico y mercado de armas se los debemos al régimen de Castro en Cuba.

El narcotráfico ha ayudado al andamiaje del régimen castrista. Esto no es un secreto, pues ya hace años se sabe y se pueden consultar archivos periodísticos al respecto. Luego de la pérdida de sustento soviético por la caída de la “Cortina de Hierro”, muchos pensaron que Cuba sería liberada del régimen de Fidel Castro.

Sin embargo, el gobierno dictatorial represivo continuó. Claramente no fue a base de vender habanos, cubitos de azúcar y ron. El tráfico de armas y el negocio de drogas tuvieron que jugar un papel importante para sostener el régimen.

Así como desde Cuba se financiaron y apoyaron filosófica materialmente las guerrillas en el centro y sur del continente americano, también éstas apoyarían al régimen con la producción y comercio de droga.  Muy parecido a lo que hace hoy el régimen en Venezuela, primero con Chávez y ahora con Maduro.

Los ciudadanos desamparados sometidos a una precaria calidad de vida, y un régimen socialista con todas las comodidades. Y lo peor, e nuestros países latinos se aplaude este sistema, y por estos días más con la muerte del dictador.

Hoy, Fidel Castro es la figura por haber resucitado el comunismo en pleno siglo XXI con el apoyo muto de Hugo Chávez. Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua; cuatro de los regímenes auspiciados y agradecidos con Fidel y Raúl Castro.

No parece haber en el horizonte alternativa democrática que tumbe esas dictaduras. Llámense nuevo socialismo, socialismo del siglo XXI, bolivarianismo, chavismo, castro-chavismo; todos son iguales, promoviendo la corrupción gubernamental con unas sociedades desmoralizadas y resquebrajadas incapaces de decidir.

Aunque en Argentina y Brasil se dio un respiro, el futuro es incierto. En el país austral, el kirchnerismo hizo tanto daño que cualquier corrección se toma como una acción contra el pueblo, acostumbrado ya al populismo. En Brasil, el gobierno que debió reemplazar al nefasto de Rousseff y Lula, resultó peor que la enfermedad.

Y ahora, Colombia. Con los vientos socialistas de los vecinos, nuestro país está tomando un curso retardado al socialismo del siglo XXI. Los cantos de sirena populistas impiden reconocer la realidad de la tragedia que tenemos como ejemplo en Venezuela, Nicaragua, y en la misma Cuba.

Aunque diariamente vemos sufrimiento por falta de comida, medicamentos, libertad de prensa, carencias democráticas; parece que los colombianos, sus nuevas generaciones y los populistas, están contentos con que el país siga ese rumbo.

En Colombia queremos adoptar ese sistema bolivariano retorcido. El populismo, en nuestro país, está tomando fuerza. Ahora viene el de izquierda populista con vigor en la implementación de los acuerdos entre gobierno y Farc, y los que resulten con el Eln.  Nos fue mal con Uribe y con Santos; ahora hay que esperar que la corrupción pase de derecha a izquierda.

Un poquito más y Fidel Castro también vería coronado el socialismo populista del siglo XXI en Colombia. Cuando la libertad de prensa deje de existir, cuando los que no estén de acuerdo con el régimen de izquierda populista sean apresados o peor, cuando la gente muera por falta de comida o medicamentos, será tarde para rescatar algo de esta desmoralizada y quebrantada Colombia.

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