Pedí permiso en el trabajo y me dijeron que saliera para representarlos a todos en esa iniciativa de los universitarios. Me fui lleno de ganas y dispuesto a aportar lo mejor de mí por este país que amo.

Así llegué al Planetario, donde fui recibido por el himno nacional entonado al unísono por todos los asistentes. Esa era la mejor manera de unificar las voces, de erizar la piel y de hacer escurrir las lágrimas de algunos de los que se encontraban allí.

Vi personas mayores animándonos a construir un mejor país. Vi niños, que retrataban la inocencia y la esperanza de recibir una Colombia mejor. Vi familias enteras que me demostraban la unión que necesitamos en este momento. Vi lo que quise, y fue suficiente para sonreír en ese momento y seguir haciéndolo ahora.

El objetivo de la marcha era hacerla en silencio. Había algunos que gritaban y exigían cosas, pero inmediatamente a su alrededor se escuchaba un shhh generalizado que hacía respetar el silencio.

A la Plaza de Bolívar todos entramos callados, por las víctimas. Los que ya estaban allí solo veían, sorprendidos, cómo llegaba un ‘río’ de gente que poco a poco llenaba ese histórico lugar de nuestro país.

Cuando la mitad de la plaza estaba con gente volvió a entonarse el himno de nuestro país. Así, de nuevo, todos comenzamos a cantar desde el fondo de nuestro corazón ese ‘oh gloria inmarcesible’.

Finalizado el cántico clamamos por paz, para las víctimas, los soldados, los guerrilleros, los niños… paz generalizada. Una de la que podamos gozar todos, sin temor a nada. Una que nos devuelva la esperanza, que traiga educación, mejores oportunidades, que erradique la pobreza y que ataque la desigualdad.

Ayer marché por todos los que no pudieron hacerlo, y creo que los jóvenes que salimos a las calles teníamos el mismo objetivo. Es verdad, la iniciativa nació en las universidades, pero se movilizaron más sectores.

Creo que logramos algo importante y si es necesario seguir movilizándonos para conseguir la anhelada paz lo seguiremos haciendo.

Ya no somos los del SÍ y los del NO. Ahora somos TODOS LOS COLOMBIANOS. Se acabó esa ridícula división.

Colombia, construyamos la paz.

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