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Cinco días después de vivir la gran aventura de su vida, un oso perezoso que fue encontrado flotando en el mar de turbo el fin de semana volvió a su hábitat natural sano y salvo.
El milagro ocurrió el pasado fin de semana cuando los integrantes de la Armada salieron de patrullaje de control esperando encontrarse lo que casi siempre encuentran: alguna actividad de pesca irregular, movimientos extraños que alerten sobre tráfico de migrantes o alguna lancha rápida con cocaína o contrabando a bordo que intenta moverse furtivamente para no ser descubiertos.
(Vea también: Tucán que fue rescatado tendría una dura recuperación por culpa de sus captores)
Pero lo que se encontraron dos integrantes de la Armada fue a un oso perezoso estaba flotando con dificultad, enredado entre plantas acuáticas, a la altura del sector conocido como Punta las Vacas.
Inmediatamente dirigieron la lancha hacia el animal y lo liberaron justo a tiempo pues el animal tenía signos de agotamiento y desorientación, como si hubiera pasado muchas horas a la deriva y a punto de perder la batalla por su vida. El oso perezoso fue trasladado de inmediato a bordo de la unidad naval hasta las instalaciones de Guardacostas de Urabá, con el fin de ser entregado a Corpourabá. El animal se aferró a uno de sus salvadores mientras volvían a tierra y los biólogos de Corpourabá se comprometieron a prestarle toda la atención necesaria para garantizar su buen estado de salud.
Finalmente, el parte que entregó la autoridad ambiental fue satisfactorio. Nick Venner Rodríguez, médico veterinario y zootecnista de Corpourabá precisó que el animal “fue valorado e inspeccionado y gozaba con un muy buen estado de salud y fue liberado”. El animal trepó nuevamente un árbol gigante mientras sus cuidadores temporales se despedían de él.
Según Corpourabá, esta zona es rica biodiversidad y la presencia de esta especie es común. Sin embargo, la cantidad de basura que arrojan en la zona de manglares termina atrapándolos y ahogando a varios mamíferos que recorren estas zonas en busca de comida. Pudo ser el caso de este afortunado oso.
En Antioquia se adelantan diferentes iniciativas para proteger al oso perezoso, una de las especies más amenazadas por la transformación de su hábitat y por el tráfico de especies.
Por ejemplo, en Cerro Bravo, Venecia, está la Fundación AIUNAU, una organización no gubernamental sin ánimo de lucro dedicada a la conservación y al bienestar de la vida silvestre, en particular, de osos hormigueros, armadillos y perezosos.
Este proyecto se ha mantenido en el tiempo gracias a la perseverancia, la resistencia y la constancia de Tinka Plese, una ingeniera química croata que viajó a Estados Unidos a hacer un doctorado en ciencias naturales en la Universidad de Miami y que terminó en una de esas volteretas de la vida en Colombia emprendiendo un ambicioso proyecto de conservación desde hace 27 años.
Los perezosos de tres garras, tal como el que se salvó de morir ahogado en Turbo, son seres grupales, nocturnos y diurnos y aunque antes habitaban bosques de muchos tipos, incluyendo los bosques nubosos y tropicales de tierras bajas, en la actualidad están restringidos a las tierras bajas, donde son comercializados en el mercado negro. Además, son folívoros, lo que significa que consumen exclusivamente hojas, ramitas y brotes, y suelen alcanzar las ramas de los árboles más altos para comer, dormir, aparearse y dar a luz.
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