Amelia Pérez, de 66 años, es abogada egresada de la Universidad Libre de Colombia y especialista en Criminología y Derecho Penal del Externado. Es madre de dos hijos.
(Vea también: Corte intenta elegir nuevo fiscal general, “sin presiones, hostigamientos o amenazas”)
En su amplio recorrido profesional, destaca que fue contratista en la alcaldía de Gustavo Petro, entre 2012 y 2015, ejerciendo labores en convivencia y seguridad ciudadana y derechos humanos.
Entre 1987 y 2003 cumplió roles como juez de instrucción criminal y fiscal seccional y regional. Pérez ya sabe lo que es ser fiscal, aunque lo hizo como titular de derechos humanos en Colombia.
Lo que no muchos conocen de su historia de vida es que pasó nueve años exiliada en Canadá porque, según comentó Cambio, tuvo que huir el 23 de abril de 2003 por ser una de las fiscales más amenazada del país. De hecho, cuenta el medio citado, puntualmente, que su jefe, “el entonces fiscal Luis Camilo Osorio, la hostigó públicamente, la calumnió y le quitó la seguridad”.
En ese momento, tuvo que dejar su carrera como abogada y se dedicó a lo que hacen muchos colombianos que migran: rebuscarse la vida cuidando niños, hacer aseo, y ocuparse en cualquier labor con tal de alimentar a sus hijos.
Luego de lavar platas en hogares canadienses para poder vivir, regresó al país y, 11 años después, el presidente Petro la postuló como candidata para liderar la Fiscalía. A pesar de haber permanecido alejada de la vida pública durante más de una década, el reconocimiento de su experiencia y compromiso con la justicia la puso en el centro de atención del país.
Pérez picó en punta en la primera votación de la Corte Suprema de Justicia (en la tercera reunión de los togados) para elegir a la nueva fiscal de la Nación y luego de esa ronda, aventaja a las otras dos ternadas, Luz Adriana Camargo tuvo y Ángela María Buitrago, pues obtuvo 13 votos y se puso a solo 3 de quedarse con el cargo de fiscal.
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