Mientras la revista Semana dice que no hay consenso sobre lo que significan las manifestaciones (multitudinarias)” de la última semana, y las que vendrán, El Espectador asegura que a la sociedad civil (que es la que se ha movilizado) “le corresponde mantener la presión para que se llegue a un acuerdo definitivo lo antes posible, al igual que hacer veeduría activa al proceso de ajustes y precisiones”.

Esas manifestaciones son tan heterogéneas que los “partidarios del No las consideran un llamado a renegociar los acuerdos. Los del Sí, una defensa de lo logrado en los diálogos de La Habana”, dice Semana.

Para El Espectador el movimiento ciudadano está más cerca del Sí, aunque no lo dice explícitamente; de hecho, enuncia 9 principios que lo fundamentan y que, dice, fueron definidos en asambleas y espacios de discusión:

1. Reconocimiento de la legitimidad de la mesa de La Habana y del Acuerdo Final de Paz

2. La exigencia de que el Acuerdo se ponga en marcha

3. La no negociación de la verdad.

4. Que no se destine ni un peso más a la guerra.

5. Que el diálogo nacional no sea un pacto de élites.

6. La disposición de acoger a los rebeldes en su tránsito a la vida civil.

7. Acompañar a las víctimas como centro del acuerdo de paz.

8. Apoyo a la mesa de diálogos con el Eln.

9. “Ni una vida más para esta guerra”.

El punto 1, especialmente, pondría esas manifestaciones del lado del Sí.

Más adelante, sin embargo, El Espectador matiza, asegurando que el papel de la sociedad civil es determinante para que las partes cedan.

“Los del Sí, para que acepten una paz que incluya a los sectores que respaldaron el No y a sus líderes. Y los del No, para que sean cautos en la generación de propuestas realistas que no pongan en riesgo todo el proceso de paz”, dice.

En un marcado contraste, El Tiempo hace un reportaje al grupo de estudiantes que supuestamente lidera las marchas, que tienen el siguiente manifiesto:

  1. las víctimas deben ser el centro de los acuerdos;
  2. el cese del fuego se debe mantener;
  3. acabar con la polarización, las mentiras y la manipulación que entorpece el proceso;
  4. bienvenidas la movilización deliberativa, las ideas y las propuestas;
  5. la ONU se queda y se cuida;
  6. la mesa de negociación sigue y escuchamos su voz,
  7. las propuestas sean un avance y no un retroceso de lo ya acordado.

Probablemente, los manifiestos no sean incompatibles, pero sí diferentes.

Para Semana lo único que han dejado claro estas manifestaciones es que en Colombia hay concenso sobre la necesidad de paz, algo que nadie duda, la pregunta es con qué acuerdo.

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