Estos son, exactamente, 9.143, y serán reenviados a Brasil o Venezuela por los coreanos, asegura un informe de El Espectador.

¿De qué depende el suministro normal y que no se agoten las reservas?

Ahí es donde las cosas se complican: del levantamiento de una medida cautelar del Juzgado Sexto Civil del Circuito que le dijo a los coreanos que mientras se resolvía el pleito con Hyundai Colombia, esta empresa era la única que podía comercializar sus productos en Colombia.

El pleito arrancó cuando Hyunday Corea (Hyunday Motor Company) decidió quitarle la distribución a Hyundai Colombia Automotriz, propiedad del controvertido empresario Carlos Mattos, y entregársela a las empresas Neocorp y Eljuri (esta última ecuatoriana).

Mattos dijo que con mucho gusto aceptaba su  decisión, pero que antes deberían pagarle 550 millones de dólares por haber posicionado la marca durante los años que tuvo la distribución. Son 280.000 carros los que se han vendido en 24 años que duró la relación entre Mattos y los coreanos.

Los coreanos no quieren ni seguir la distribución con Mattos ni pagarle un solo dólar de indemnización, lo que en la práctica ha significado que ni entran más carros ni repuestos.

¿Posibilidades de levantar la medida cautelar, que significaría que se puede distribuir con la nueva empresa? Esa es la gran pregunta, pero son tantos los recursos y vericuetos judiciales que debe seguir, que no se prevé que sea en breve.

Esa polémica medida cautelar, sobre la que existen indicios habría sido pagado un soborno al juez (según denuncia del columnista Daniel Coronell), con el que compró, al menos, un carro Mazda de 73 millones en efectivo, lo único que hizo fue envalentonar a Mattos.

El empresario ya había bajado sus pretensiones de 550 millones de dólares a 30 millones, pero con la medida cautelar volvió a subir a 200 millones.

Coronell asegura que el trámite de la medida cautelar fue muy acelerado y diligente en favor de Mattos.

Sobre la medida cautelar del juez, Reinaldo Huertas, el Tribunal Superior de Bogotá, dijo que fue excesiva, “al afectar a terceros ajenos al litigio”, cita El Espectador. Esos terceros son los consumidores.

Dos opciones se vislumbran para resolver el problema, que en el fondo está frenando el flujo de carros y repuestos: o se demuestra que las actuaciones del juez fueron irregulares y se reversan, lo cual es un proceso largo, o se llega a una conciliación sobre la indemnización.

La otra, la que en realidad le importa a los consumidores, es que los coreanos decidan cumplir la medida cautelar mientras se resuelve el caso, y siga distribuyendo, al menos los repuestos, a través de la empresa de Mattos.

De cualquier manera, lo que usted ha leído hasta aquí es una simplificación del pleito para entender, pero el asunto es mucho más complejo, y tiene muchas más aristas, que describe El Espectador en detalle, y que incluye la renuncia de todos los abogados de Mattos, acusaciones de espionaje industrial, y maniobras para que las denuncias y procesos terminaran en juzgado sexto.

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