Por: La Silla Vacía

La Silla Vacía es un medio para las personas interesadas en la actualidad política colombiana. Más que cubrir la noticia del día y acudir a ruedas de prensa, nos centramos en aquellas historias que realmente describen cómo se ejerce el poder en Colombia.

Este artículo fue curado por Frank Hoyos   Sep 27, 2023 - 9:24 am
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“Petro le robó los aplausos a Biden”, tituló Bloomberg un día después del discurso del presidente en la Asamblea de la ONU. “Oficina de la presidencia de Colombia manipula video del presidente Petro en la ONU para exagerar el aplauso”, dijo el servicio mundial de noticias de la AP.

Así se difundió internacionalmente la burda maniobra del equipo de comunicaciones de Presidencia por desmentir la tendencia digital de que Petro había sido ignorado en la ONU. No es la primera vez que este Gobierno miente para defenderse de olas adversas de opinión en redes sociales.

(Vea también: Imagen de Petro y Francia Márquez cae al punto más bajo de su mandato, según encuesta)

“El concepto de la verdad en política es complejo porque la política está hecha de relatos”, dice el filósofo Andrés Parra. “Pero no quiere decir que tengan derecho a manosear los hechos”.

Hay varios casos en el que este manoseo en el Gobierno Petro es evidente.

Pasó con la vicepresidente Francia Márquez, por ejemplo, cuando la acusaron en redes de haber llevado una policía “carga maletas” a su gira por África a partir de una foto en la que la agente le cargaba la cartera y otro bolso. En esa oportunidad, personas allegadas al petrismo como el alcalde paisa Daniel Quintero circularon la misma foto sin la cartera y se impuso, entonces, la contranarrativa de que ‘uribistas’ habían editado la foto para perjudicar a la vicepresidente, cuando la realidad fue que borraron la cartera ante el odio que generó y Vicepresidencia tuvo que borrar la foto como se lo confirmó a La Silla.

Existen decenas de ejemplos más de mentiras y exageraciones de ministros y del mismo presidente. En febrero, Petro compartió una imagen que supuestamente mostraba el estado de los hospitales de los municipios excluidos de Antioquia. Lo hizo en defensa a su reforma a la salud y con el mensaje de “empecemos por dejar de engañar a la gente”. En realidad, las fotos eran de hospitales venezolanos y el que estaba engañando a la gente era él.

También lleva años insistiendo falsamente que él como alcalde de Bogotá dejó los estudios de fase 3 del metro y que dejó andando la licitación del metro subterráneo. Ninguna de las dos afirmaciones corresponde a la realidad.

Tampoco es verdad que los fondos privados no den pensión, como lo ha afirmado varias veces en contra de la evidencia para defender su reforma pensional. Ni tampoco es cierto que su Gobierno haya logrado un récord en incautación de cocaína. La cifra que da su propio Ministerio de Defensa equivale a un 56 por ciento de la que el presidente presentó en el balance de su primer año, como también lo verificó el Detector de Mentiras.

Y así, la lista de afirmaciones engañosas o abiertamente falsas es larga; comenzando por su frase más repetida de que existe un consenso científico de que estamos “al borde de la extinción del planeta” por la crisis climática.

La relación del Gobierno Petro con la verdad

La subvaloración de los hechos es parte de una tendencia mundial. Como dice Mauricio García Villegas, autor del libro “El país de las emociones tristes”, hay un desvanecimiento de la verdad en el mundo contemporáneo.

“La política ha invadido todo, no hay un espacio de consenso, un espacio sagrado en el que la política se suspenda y todos estemos de acuerdo en que un terremoto es un terremoto”, dice. “Vivimos en una época de idolatría de lo emocional. Si lo sientes es porque es bueno”.

Dice que este Gobierno, como otros con vena populista, prefiere posicionar la noticia en  medio de la emocionalidad de las redes que enfrentar la realidad. “Por evitar el escándalo, meten una mentira porque saben que los beneficios que obtienen con la imagen falsa sale siendo más favorable que los perjuicios de la noticia falsa.”

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Los detectores de mentiras de La Silla muestran que el Gobierno Petro tiende a mentir para fortalecer sus narrativas, pero sobre todo cuando se siente atacado en redes como sucedió con el discurso de la ONU.

Como el presidente habló después de un receso que habían dado tras el discurso de Joe Biden, Petro tuvo que esperar varios minutos para que el auditorio se callara y le pusiera atención, lo que provocó que en redes se impusiera la tendencia de que al mundo le “importaba un pito” su discurso.

En cambio de explicar que es algo que suele suceder después de un receso y que en efecto, salvo por el discurso de los presidentes de los países más poderosos nada que digan los demás es demasiado relevante para los asistentes, las comunicaciones de Petro alteraron el video de la ONU y editaron los aplausos de Biden para hacer creer que eran para el presidente colombiano.

Usuarios de redes lo notaron y luego La Silla sincronizó los videos y lo comprobó. Y se volvió una mentira viral en el mundo cuando la retomaron agencias internacionales como la AP.

Dos días después de que estallara el escándalo, ni Presidencia ni Petro han reconocido responsabilidad por la manipulación del video que, además, fue transmitido como alocución presidencial interrumpiendo la programación de los canales privados. Nadie ha sido despedido ni se ha ofrecido una disculpa. Da la impresión de que al presidente no le pareció grave que su equipo propiciara deliberadamente este engaño.

Andrés Caro, profesor de hermenéutica de la facultad de derecho de la Universidad de los Andes y columnista de La Silla, dice que la manipulación del video es un burdo intento de propaganda. Pero más allá de este incidente, considera que Petro tiene una relación muy particular con la verdad.

“Petro tiene mucha confianza en sus propias palabras, cree que al decir cosas, las cosas se transforman”, dice Andrés Caro. “Al decir mentiras cree que está creando verdades. Es muy peligroso”.

En la misma línea opina Luis Guillermo Vélez, ex secretario de la Presidencia durante el Gobierno Santos: “Sobre lo del video me parece que es un esfuerzo más de crear una realidad virtual a través de las redes sociales, donde el protagonista es el Petro-superhéroe. ¿Se han fijado los cartoons que le encanta retuitear de Resistencia en Colombia?

(Lea también: Petro insiste en que sus marchas no las convocó él y ningunea críticas de procuradora)

En efecto, La Silla encontró que @ColResistiendo es la cuenta más retrinada por Gustavo Petro. Entre enero y principios de abril, cuando publicamos la historia, la había retrinado 151 veces. Es una cuenta que publica caricaturas de políticos de izquierda o afines al Gobierno que los embellecen y exaltan a partir de fotos con inteligencia artificial. Al tiempo, escribe trinos para impulsar las políticas de Petro.

¿Qué sentido tenía mentir sobre algo tan banal como los aplausos? Quizás demostrar que es más exitoso internacionalmente de lo que la realidad sugiere.

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