Las pistas de la Fiscalía, sin embargo, se enfocaron hacia otro osario del mismo camposanto en la capital santandereana, según publica Semana.

La exhumación de unos restos humanos que se presumía serían los del sacerdote Camilo Torres Restrepo se produjo el pasado 25 de enero, luego de la orden del presindete Juan Manuel Santos de aclarar el misterio del lugar en donde reposan, a 50 años de su muerte en combate.

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El jefe guerrillero murió en combate con el Ejército el 15 de febrero de 1966, poco tiempo después de su vinculación a la guerrilla, de la que se considera uno de sus mentores.

Tras el anuncio del Gobierno, la familia de Torres entregó la información que tenían a la Fiscalía, para que el Instituto de Medicina Legal hiciera los exámenes, cuyos resultados preliminares ya fueron desalentadores.

Este lunes, quedó plenamente confirmado que no existe ninguna relación entre los restos investigados y los de Torres.

El Eln le había solicitado a la Iglesia su mediación para que gestionara con el presidente la resolución del misterio a propósito del inicio de los diálogos de paz con esa guerrilla.

Después de haber hecho todos los cotejos de ADN se logó establecer que no se trata de los restos de Camilo Torres la persona allí inhumada, sino que se trata de Mario Belarmino Cáceres dueñas, como lo decía la bóveda”,

dijo el Fiscal encargado, José Fernando Perdomo, según Semana.

La Fiscalía, sin embargo, cree que no todo está descartado aún. Según la información que posee de la familia y de datos del Ejército, Torres sí fue inhumado en el cementerio de Bucaramanga por lo que no se descartan otras excavaciones, agregó Caracol.

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