Los estudios “no cumplieron la finalidad para la cual fueron contratados”, por lo cual deberán ser objeto de ajustes, que costarán al banco más de lo que pagó por la consultoría inicial, según un informe de la Contraloría.

“Se buscaba contar con una edificación adecuada y remodelada, con instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias, y ventilación mecánica que cumpliera con estándares amigables con el medio ambiente, y eso no ha sido así”.

El ente de control menciona nueve hallazgos que constituyen el detrimento patrimonial, entre los que destaca:

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  • Se pretendía lograr una certificación LEED de construcción sostenible, que no se consiguió
  • “Se estableció un hallazgo fiscal por $347 millones correspondiente a los descuentos que omitió efectuar el Banco por incumplimiento del contratista “
  • El banco pagó un “contrato de consultoría de modelación del consumo energético del edificio”, que sufrió constantes modificaciones y no cumplió con el objeto del contrato.

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