Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Santiago Avila   Nov 20, 2023 - 7:04 am
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De los mismos creadores de “el despilfarro de la caja menor del exalcalde de Medellín, Daniel Quintero” llega ahora una segunda temporada que promete ser igual o más escandalosa que la primera.

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Si ya la ciudad se llenó de indignación cuando se reveló que de los llamados fondos fijos de la Alcaldía pagaron desde cenas en los restaurantes más caros hasta flores, comida para perros y antojos originados en el piso 12 de la Alpujarra; ahora el hallazgo consiste en que el entonces alcalde y su secretario privado, Juan David Duque, en varias ocasiones le cobraban al erario por un mismo gasto, no una sino dos veces. En términos del derecho penal podría configurar un peculado por apropiación.

EL COLOMBIANO accedió a documentos en los que José Ignacio Oliveros y Maily Rodríguez, los analistas de gastos asignados en la Secretaría de Hacienda para revisar el fondo fijo reembolsable 067 de la Alcaldía, y el 079 de la Secretaría Privada, se negaron a darles el visto bueno a los informes de julio y agosto de 2022 y escribieron un correo electrónico diciendo, palabras más palabras menos, ojo que hay cobros dobles. Pero nadie les copió, por el contrario encontraron una actitud de rechazo de parte de su superior, el subsecretario de Presupuesto de la Secretaría de Hacienda, Giovanni Ávila Gómez.

Hay un cruce de correos llamativo. En el primer mensaje, muy a las 8:08 a.m. –del 30 de agosto de 2022– Ávila les pide a varios funcionarios de Tesorería, entre ellos Oliveros y Rodríguez, que le expliquen los argumentos jurídicos y técnicos para no firmar la orden de pago de los fondos reembolsables correspondientes a ese mes.

De vuelta, a las 9:59 a.m., Oliveros, que en ese momento estaba encargado de revisar el fondo del Alcalde, le explica que estaban pendientes de resolver cómo hacer “cuando el alcalde viaja y reclama reconocimiento de viáticos y a su vez con las mismas fechas ingresan los gastos realizados en estas ciudades al fondo fijo”. Porque –escribió Oliveros– para ellos se estaba “presentando un doble gasto”. Y por eso habían pedido una reunión el área jurídica de la Secretaría de Hacienda con los abogados de la Secretaría General y con el Secretario Privado para ver cómo resolvían, pero que hasta la fecha del correo electrónico no habían recibido ninguna retroalimentación. Concluye Oliveros que esa es la razón para que ese mes se haya legalizado el fondo fijo excluyendo las facturas y reconociéndole a Quintero solo los viáticos.

Juan D. Duque, mal parado

Dos horas y once minutos después, a las 11:10 a.m., Rodríguez también le informa a Ávila que desde julio “no ha sido posible autorizar el reembolso del fondo fijo 079, el del Secretario Privado, toda vez que se han presentado inconsistencias como servicio de restaurante en Bogotá en fechas que coinciden con reconocimiento de viáticos”. Para sustentarlo, añade cinco facturas por 399.600 pesos ocasionadas el 8 de agosto en los restaurantes La Bagatelle, Osaki y La Lucha Sanguchera, ubicados en plena zona T de Bogotá.

En el mensaje de Rodríguez al subsecretario de Hacienda Ávila se puede leer: “La secretaría privada envió certificación, la cual es ambigua y no especifica para cada gasto la debida autorización. Además, dicha certificación contempla los gastos incurridos en otras ciudades, los cuales deben ser retirados, dado que los viáticos entregados para cumplimiento de una misión oficial incluyen ‘los gastos de alojamiento y servicio de suministro de alimentos en cualquier establecimiento’ por lo tanto se estaría reconociendo tanto por viáticos como por fondo fijo el mismo concepto”.

Además, ese correo de Rodríguez detalla otros motivos para negarse al reembolso del fondo 079, como los “gastos recurrentes en el mismo sitio, cifra y concepto de consumo sin justificación, pedidos a domicilio y con propinas, y consumos en sábado, domingo y festivo “a altas horas de la noche” y sin soporte. Así mismo, anexó 17 facturas del restaurante A Fuego Lento por 1’700.000 pesos, de las cuales tres —por 300 mil pesos— corresponden al 25, 26 y 27 de junio, que fue un puente festivo.

Le pagaron doble a Quintero

EL COLOMBIANO hizo su propio rastreo en las facturas del fondo fijo de la Alcaldía que publicó el Distrito y halló fechas reportadas por Quintero para viáticos en las que a la vez aparecen pagos por alimentación que le reconocieron. Por ejemplo, del viaje del 17 y 18 de enero a Bogotá hay recibos por 142.332 pesos en Hamburguesas El Corral de la calle 7 con 69, en Chócolo & Café y en Starbucks del aeropuerto El Dorado.

El 27 y 28 de ese mismo mes volvió a ir viaticando y aparte legalizó facturas por alimentos que superan 1’400.000 pesos.

Este es tan solo un rastreo aleatorio, por lo cual es probable que, si se lo proponen, los organismos de control hallen muchos casos más, sobre todo de junio, julio y agosto de 2022 cuando Quintero aumentó su itinerancia, en particular hacia la capital.

Lo paradójico es que el 2 de septiembre, a las 4:34 p.m., el subsecretario de Hacienda Ávila les mandó un correo a los funcionarios que deben validar los cobros, Oliveros y Rodríguez, en el que ni siquiera se refiere al posible cobro doble de alimentación y a las presuntas inconsistencias en las facturas, algo que debería representar una alarma para un funcionario como él, que, en teoría, está encargado de tapar los goles de la corrupción y el desangre del presupuesto distrital. Y por el contrario, les pide compartir “las evidencias objetivas que demuestren que lo señalado por dichas personas —el alcalde Quintero y el secretario Duque— no corresponden con la realidad”.

Oliveros ya le había respondido a Ávila que sus conceptos para revisar los pagos de caja menor se basaban en su experiencia de 17 años en la misma función, pero aprovecha el 5 de septiembre y le plantea una salida al dilema: “Si los análisis efectuados por los analistas presupuestales no son satisfactorios o acorde con sus apreciaciones, de manera atenta requerimos se nos impartan las nuevas directrices y/o modificación de la norma para proceder”.

De ahí en adelante lo que vino fue el traslado de los funcionarios que se convirtieron en la piedra en el zapato y nombraron en su lugar a otros que les aprobaran los informes sin chistar. El hecho de que de los fondos fijos reembolsables siguieron pagando alimentación en otras ciudades para el alcalde demuestra que las advertencias fueron desoídas.

A continuación, dos ejemplos: una factura del 28 de julio de este año justifica el pago de 132.850 pesos en un local del edificio North Point, en el norte de Bogotá, y del 10 de diciembre de 2022 hay otra pagada a un D1 de esa misma dirección, por 220.000 pesos por crema de leche, jamón, mayonesa, aceite y otros productos. ¿Estaba Quintero mercando en otra ciudad?

¿Dónde están las autoridades para investigar y sancionar este procedimiento?

Cerca de un millón por día

A estas alturas de la historia es pertinente mencionar que el sueldo básico del alcalde de Medellín son casi 21 millones y medio de pesos al mes más otras arandelas, y un secretario del Gabinete como Duque gana por encima de 18 millones de pesos.

La norma que regía el año pasado para viáticos (Decreto 460 de 2022) señalaba que por cada día en comisión en otra ciudad un funcionario que ganara más de 15,7 millones de pesos —como Quintero y Duque— recibían por día 906.844 pesos para que de ahí costeara su alimentación, transportes dentro de la ciudad que visitaba y, si le tocaba, pagara hotel. En 2023 la cifra aumentó a 1’039.425 pesos.

El alcalde tiene un trato preferencial que lo exime de presentar facturas de sus gastos de viaje, de manera que así no se la gaste esa plata le queda libre. En el caso de los secretarios, como Duque —al cual hoy el Concejo le votará una moción de censura— sí tienen que justificar, pero basta con una relación, sin facturas como soporte.

Una gabela adicional para ambos cargos es que si pernoctan y se devuelven para Medellín al otro día, así sea temprano, tienen derecho a día y medio, es decir que el año pasado eran 1’360.266 pesos y, este, 1’559.137 pesos. Es más de lo que gana por todo un mes de trabajo quien labora por el salario mínimo, pero todo indica que para Quintero y Duque no era suficiente para resolver sus gastos de 36 horas.

Este diario trató de hablar con Ignacio Oliveros y Mairly Rodríguez para profundizar sobre lo que revela el cruce de correos. Sin embargo, él no quiso hacer comentarios y ella no contestó las llamadas. También intentamos conocer la versión del subsecretario Ávila, no obstante él no contestó y, al explicarle el tema a su equipo de prensa pidió un cuestionario por escrito, a lo cual no accedimos por lo inconveniente que ese camino resulta para contrapreguntar y aclarar.

Por otra parte, el secretario privado Duque, responsable del manejo de los fondos fijos 067 y 079, hasta ahora ha desatendido 18 citaciones a la comisión accidental que encabeza el concejal Alfredo Ramos (Centro Democrático) para explicar los puntos grises y oscuros de la “caja menor” de la Alcaldía.

También faltó a una plenaria de control político el 27 de octubre bajo la excusa de que sufría de un lumbago, y no ha cumplido dos fallos de tutela ordenándoles que le conteste a la Corporación Distrital.

Esas son las razones de la petición de moción de censura que proyectan votar este lunes a partir de las 4:00 p.m. La citación la firman 13 concejales de distintas tendencias, de los 21 que tiene Medellín.

“Yo espero que el Concejo entienda que tiene que hacer respetar su dignidad”, le dijo Ramos a EL COLOMBIANO.

Para que se haga efectiva la moción, lo cual llevaría a la separación de Duque de su cargo, se requieren dos terceras partes del total de votos, es decir 14, una cantidad imposible dentro de la coalición inicial que había a favor de la administración Quintero, pero probable dentro de la nueva realidad política por la derrota que sufrieron a nivel regional y local el exalcalde y su movimiento Independientes.

(Vea también: Daniel Quintero se victimiza para decir que será candidato presidencial en 2026)

El posible doble cobro de facturas podría ser otra arista en la indagación de los órganos de control sobre los Fondos Fijos Reembolsables. Ya la Contraloría Distrital aseguró en la última semana que había más de $117 millones que Daniel Quintero y su círculo íntimo se gastaron en restaurantes, cafeterías, panaderías, carnicerías y floristerías sin la autorización del secretario Privado, Juan David Duque, ni eran ni para atender reuniones oficiales del exalcalde ni fueron urgentes, necesarios o imprevistos. Una presunta trampa que hallaron los investigadores de esta entidad fue la fragmentación de cuentas en facturas distintas por un mismo servicio para no saltarse el tope permitido por la ley. En un caso documentado como ejemplo, por un almuerzo en el restaurante Canalla, que costó poco más de $4 millones, dividieron el total en un pago por $2.320.000 a las 14:35, y la segunda por $1.895.426 a las 15:16.

La Contraloría dice que con esto no solo se violó la cuantía establecida en el Fondo sino que otro artículo de la ley que reglamenta la caja menor que establece que está prohibido “fraccionar compras de un mismo elemento o servicios”.

Como estas, la Contraloría le hizo 41 observaciones administrativas a la Alcaldía de Medellín y a sus diferentes dependencias, a las cuales el alcalde encargado, Óscar Hurtado, debe darles respuesta hasta antes de la medianoche del lunes 20 de noviembre, que es cuando se cumple el plazo de cinco días hábiles que tiene la administración para explicar los hallazgos del ente de control.

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