Igual que con Volkswagen, con Mitsubishi estamos ante un caso de engaño consciente al cliente

Y eso no se puede zanjar simplemente con la petición de disculpas, la vaga promesa de compensaciones y la apertura anunciada de una investigación; hay que ir un poco más lejos, exige El País, de España, en su editorial. “El descubrimiento de una falsificación grave destruye la confianza de los compradores, plantea la duda de si los parámetros calibrados en el resto de los automóviles están igualmente manipulados y cuestiona la fiabilidad de los controles sobre las emisiones de gases que pueden ser soslayados tan fácilmente”, agrega, y6 además plantea que Mitsubishi debería ofrecer dimisiones, comprometerse a realizar una investigación independiente y compensar a los compradores afectados con cantidades significativas.

Nombramientos de Santos, en varios casos, no van más allá de un interés político

Denotan una preocupante desconexión en carteras que son esenciales para el éxito del mentado posconflicto, asegura El Espectador en su editorial. “No desconocemos los méritos personales de muchos de los escogidos, pero es poco convincente el cambio, y menos hacia la paz”, agrega, y pone como ejemplos los casos de Clara López (Trabajo), de quien dice fue nombrada por Santos para acercar al Polo Democrático al Gobierno; el de Jorge Eduardo Londoño (Justicia), cuya idoneidad pone en duda, y el de Luis Gilberto Murillo (Ambiente), con el perfil “menos adecuado para un Ministerio que ha sufrido precisamente por su desconexión con las necesidades ambientales del país, muchas veces en favor de la minería”. Si bien el diario capitalino reconoce la experiencia y “buena hoja de vida” de Elsa Noguera (Vivienda), no entiende por qué el cambio en esa cartera que “había arrojado resultados contundentes”.

“Del afán no queda sino el cansancio”, hay que recordarles a quienes apuran la aprobación del proyecto de Código de Policía

“Hay que esperar que los legisladores entiendan que nada es más difícil y requiere sabiduría que gobernar y el Código de Policía es el estatuto del ciudadano”, advierte Fernando Navas Talero en su columna de El Nuevo Siglo. Y para responder el argumento que esgrimen quienes apuran ese trámite, según el cual la normatividad vigente es antigua, pues data de 1970, este columnista plantea, entonces, que el código civil también debería desaparecer, “porque sus raíces se remontan a la época napoleónica y al derecho de los romanos; con igual razón la declaración de los derechos del hombre (1789)”. Y reitera: “Asombra el delirio por legislar de  quienes deliran legislando”.

Lo preocupante de ataques de Trump contra México es que no se basan en un análisis desapasionado de lo que es bueno para EE. UU.

Por el contrario, esos ataques están moldeados por las propias experiencias comerciales y prejuicios del precandidato republicano, dice Andrés Oppenheimer en una columna en El Colombiano. “Trump no es un hombre que se rodea de expertos en política exterior. Al contrario, los mira con desdén”, agrega, y recuerda lo que Trump le dijo a MSNBC el 16 de marzo, cuando le preguntaron a quién consulta sobre política exterior: “Hablo conmigo mismo, en primer lugar, porque tengo una muy buena cabeza”. Luego agregó: “Mi principal asesor soy yo mismo”. Oppenheimer considera que si Trump fuera un hombre acostumbrado a escuchar, eso podría cambiar. “Pero me temo que un billonario narcisista de 67 años que llama públicamente a todos quienes no están de acuerdo con él ‘tontos’ y ‘perdedores’ no va a empezar a escuchar a otros de la noche a la mañana. Mucho menos si se envalentona con un triunfo electoral”.

La convergencia de partidos para la paz no logra su cometido de legitimar el proceso dentro de los diferentes idearios del país

Esa idea es una linda fachada de la llamada ‘mermelada’, cree Tatiana Dangond en su columna de El Heraldo. “El nombramiento de Clara López Obregón como ministra de Trabajo, lejos de promover un acercamiento entre la izquierda democrática y la paz de Juan Manuel Santos, deja un sinsabor en aquellos que veían en el Polo Democrático un partido serio y coherente de la oposición”, añade en su comentario, en el que también asegura que es “ingenuo creer que existe alguna relación entre el Ministerio del Trabajo y el proceso de paz”. Ella cree que se equivocan “terriblemente” quienes creen que controlando a todos los partidos será más fácil la consecución de la paz en Colombia. “No solo dejan el proceso de paz sin una sana y necesaria oposición que controle los puntos acordados, sino que dejan un manto de desconfianza e incertidumbre que le resta a la paz gran parte del apoyo popular”.

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