El mismo día que el presidente dijo que ese día comenzaba la paz una niña de la comunidad embera, en el Chocó, murió por el estallido de un balón bomba dejado por el Eln. En el Cauca, la comunidad Puracé denunció el asesinato de dos mujeres, no se sabe si por guerrilleros o por una de las bacrim. En el Arauca continuaron los ataques al oleoducto Caño Limón-Coveñas, y el columnista Mauricio Vargas de El Tiempo reseña más casos de violencia ocurridos en esa fecha.

Por eso el periodista y escritor se pregunta, entre otras cosas:

¿Puede haber paz cuando el Eln desarrolla un siniestro plan para copar algunas de las zonas que las Farc abandonan, y muchos guerrilleros se limitan a cambiar de brazalete, como me cuenta un empresario del Cauca, decenas de veces extorsionado?

Sin embargo, Vargas reconoce algunos logros importantes en medio de lso defectos del nuevo acuerdo, pero concluye que para la construcción de paz se requiere de un liderazgo claro que unifique y no que divida.

La verdadera refrendación del acuerdo de paz será en las elecciones de 2018

El anhelo de paz de un pueblo lo va a definir la política nacional con su mezquindad, sus manipulaciones y su falta de grandeza, escribe la columnista María Jimena Duzán en su columna de Semana. Al mismo tiempo, ella se hace una serie de interrogantes: ¿será que en el fondo los colombianos estamos tan acostumbrados a la guerra, que somos incapaces de entender todo lo que el país gana al dejar de tener una guerrilla como las Farc? Otra pregunta que se hace es:

¿Será tanta la sed de venganza que no somos capaces de entender lo que significa que las Farc hayan cesado de secuestrar, de extorsionar y de matar a policías y a militares? ¿O será más bien que las vidas de los campesinos y de los soldados, que hoy saben que podrán ver crecer a sus hijos por cuenta de que las Farc ya no están en los territorios, no son relevantes para que los colombianos que viven en las ciudades y que se acostumbraron a ver esta guerra por la televisión entiendan la importancia de este acuerdo?

Después de hacerse otras preguntas la periodista concluye que cuando hay tantos interrogantes sin respuesta es porque la política ha abandonado las ideas y la cordura, y se ha convertido en el escenario de las más bajas pasiones.

Se deben suprimir las 63 contralorías regionales

Esto se tiene que hacer si el Gobierno Nacional y el Congreso de la República quieren recuperar la confianza de los colombianos y dar verdaderas muestras de lucha contra la corrupción, afirma Indalecio Dangond en su columna de El Heraldo. Además sugiere que se unifique el control fiscal del Estado en una única Contraloría General que asuma la vigilancia y la auditoria sobre los recursos públicos de todos los niveles territoriales, como lo ha propuesto el actual contralor.

Dangond añade:

El contralor Maya además plantea la creación de un tribunal de cuentas como órgano desconcentrado, encargado de adelantar los procesos de responsabilidad fiscal que surjan como consecuencia de los hallazgos fiscales configurados por la Contraloría General y Única, fruto del proceso auditor.

La tragedia del Chapecoense opacó el funeral de Fidel Castro

El accidente del equipo brasilero hace pensar en la dolorosa frustración de una promesa de triunfo. Con el desteñido funeral del patriarca caribeño, en cambio, se revive la memoria de su lánguido y prolongado final, asegura Armando Montenegro columnista de El Espectador.

Son motivos de reflexión la muerte en la flor de la vida o una inesperada tragedia que corta una promisoria carrera. No fue este el caso de Castro que alcanzó a ver como se deshacían sus sueños de grandeza y fue testigo de primera mano del declive de su proyecto político, agrega.

Los muchachos del equipo de fútbol no soportarán lo que sí soportó Fidel:

las inevitables consecuencias del vivir, y del vivir una vida prolongada; las inevitables frustraciones, los sinsabores; la posibilidad de cometer errores; el necesario declive después del triunfo.

¿Cuál es la legalidad del ‘Fast Track’?

Este mecanismo se aprobó para tramitar en el Congreso con velocidad las leyes para implementar el acuerdo de paz, el problema es que se condiciono su uso a la refrendación popular del acuerdo de paz, explica Mauricio Cabrera en El Universal de Cartagena.

Él considera que si este nuevo acuerdo fue refrendado por mayoría absoluta en el Congreso, este representa la expresión indirecta de la soberanía popular, no se puede desconocer su legitimidad.

Por eso indica que:

Una vía rápida para aprobar estas leyes no solo conviene sino que es casi indispensable para alistar la normativa en los seis meses del proceso de desmovilización y entrega de armas de la guerrilla. En caso contrario la incertidumbre podría llevar a partes de la guerrilla a no desmovilizarse, con el riesgo de romper el cese del fuego con su trágica secuela de víctimas y muertos.

 

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