Ammar, que vivió en Medellín, le dijo a un informante de la DEA que trabajó para el cartel colombiano conocido como ‘La oficina’, según aparece en una orden de detención citada por el Miami Herald.

Las autoridades de Estados Unidos le empezaron a seguir la pista a este hombre desde 2014. En ese momento, el informante de la DEA le pidió a Ammar que le ayudara a lavar 250.000 dólares australianos conseguidos por la venta de cocaína, añade el diario estadounidense.

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Para hacer esa operación, él usó “comunicaciones encriptadas” y contó con la ayuda, desde París, de Hassan Mohsen Mansour, otro de los hombres vinculados en este caso.

Mansour tiene doble ciudadanía (libanesa y canadiense) y, en este momento, está preso en París. Además, será procesado por lavado de dinero en el sur de la Florida, explica el Miami Herald.

El tercer hombre es Ghassan Diab, que actualmente está en Nigeria o Líbano y tiene nexos con un “miembro de alto rango de Hezbolá que tiene acceso a numerosas cuentas bancarias”, cita el diario.

Diab también le ayudó a Ammar a lavar los 250.000 dólares. Después de que ese dinero desapareció, las cuentas de la DEA creadas para descubrir la operación empezaron recibir “el dinero en partes desde compañías oscuras con nombres como ‘Tropical Trading’ y ‘Khofo International'”, añade el Herald.

“Para hacerlas parecer negocios legítimos, Diab envió facturas falsas por mercancías nebulosas o ‘pagos por envíos'”, explica el diario.

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