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En Argentina, la violenta explosión de un vehículo estacionado en una estación de servicio en Orán, provincia de Salta, desató una escena digna de una película de acción. La detonación, captada por cámaras de seguridad, no solo dejó escombros esparcidos por el lugar, sino que también reveló un cargamento inusual: una lluvia de ladrillos de cocaína.
La conductora del vehículo resultó ser una sargento de la policía bonaerense, identificada como Sofía Chaparro, quien viajaba con sus tres hijos hacia Buenos Aires. Recientemente, en Colombia capturaron a uno de los más buscados por el FBI. Había traficado más de 95.000 kilos de cocaína.
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El impactante incidente, que tuvo lugar el pasado miércoles 7 de febrero, dejó a uno de los hijos de Chaparro, un niño de 13 años, herido en un ojo debido a la explosión. Afortunadamente, la lesión no revistió gravedad. En Cartagena, las autoridades arrestaron a dos franceses, quienes llevaban consigo varios kilos de droga.
Tras el suceso, Chaparro fue detenida y enfrenta cargos por transporte de estupefacientes agravado, dada su condición de funcionaria pública. En una audiencia celebrada el viernes, la Policía se abstuvo de declarar ante el juez federal de Garantías de Orán.
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Sin embargo, explicó que su viaje a Buenos Aires tenía como objetivo permitir que sus hijos vieran a su padre, con quien recientemente se había separado.
A pesar de la solicitud de la defensa de Chaparro de arresto domiciliario, argumentando la necesidad de cuidar a sus hijos, la fiscalía solicitó y obtuvo prisión preventiva como medida cautelar. El tribunal acogió la petición, subrayando la gravedad de los cargos que enfrenta la sargento de policía.
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