Tillerson constató el fracaso de 20 años de esfuerzos diplomáticos para detener el programa de armas nucleares de Pyongyang.

“Desde luego que no queremos (…) un conflicto militar”, dijo el canciller estadounidense a la prensa, antes de añadir que “si los norcoreanos elevan la amenaza de su programa de armas nucleares a un nivel que consideramos que requiere una acción, entonces esa opción está sobre la mesa”.

“La política de paciencia estratégica se ha acabado”, aseguró el secretario de Estado en conferencia de prensa con su homólogo surcoreano Yun Byung-Se. “Estamos estudiando nuevas medidas diplomáticas, de seguridad, económicas. Todas las opciones están sobre la mesa”, insistió sin dar más detalles.

Se trata de un claro cambio respecto de la política llamada de “paciencia estratégica” que llevó a cabo el predecesor de Donald Trump en la Casa Blanca, Barack Obama.

Washington descartó dialogar con Corea del Norte hasta que no se comprometa de forma clara a desnuclearizarse, con la esperanza de que las tensiones internas en este aislado país puedan generar cambios.

El jefe de la diplomacia estadounidense, exdirector ejecutivo de la empresa petrolera ExxonMobil, efectúa una gira por Asia, su primera experiencia diplomática en la gestión de crisis.

Tillerson prevé reunirse con el presidente surcoreano interino, Hwang Kyo-ahn, al tiempo que Pekín exige a Washington que busque otra forma de gestionar el conflicto con Corea del Norte.

En este contexto, Tillerson visitará el sábado China, principal aliado diplomático y socio comercial de Pyongyang, para pedirle a su vez que acentúe su presión sobre Corea del Norte.

Ambición nuclear

Corea del Norte aspira desde hace tiempo a convertirse en una potencia nuclear. Llevó a cabo su primer ensayo nuclear subterráneo en 2006, ignorando por completo la oposición internacional. Desde de entonces ha realizado otras cuatro pruebas, dos de ellas en 2016.

El Norte quiere poner a punto un misil intercontinental balístico (ICBM) capaz de alcanzar el continente americano. Aunque Trump prometió que ello no ocurriría, los expertos creen que China quizá sea el último país con influencia sobre el hermético régimen de Kim Jong-un.

“Sabemos que otros países pueden tomar medidas” para presionar a Corea del Norte, aseguró Tillerson, refiriéndose al “nivel máximo de acción posible en el marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”, que han condenado reiteradamente a Pyongyang.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó este viernes a China de no hacer suficiente para ayudar a contener las ambiciones nucleares de Corea del Norte.

AFP

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