El perro tiene una cuenta de Instagram, donde ha ganado más de 23 mil seguidores de todo el mundo que disfrutan ver las publicaciones en las que aparece con una tierna sonrisa.

Jon lo encontró caminando solo en las calles de Brooklyn, Nueva York, y decidió acogerlo hasta que su familia apareciera, pero después de un mes de espera tomó la decisión de adoptarlo y darle una mejor vida.

Lo más sorprendente es ver cómo Brinks sonríe como un humano en respuesta a las situaciones que disfruta. Sonríe cuando le dan premios, cuando alguien lo saluda, en la mañana y cuando está durmiendo”, dijo el hombre a Bored Panda.

Hoy, 12 años después, sigue siendo un perro lleno de amor y agradecimiento hacia los humanos que le dieron una segunda oportunidad.

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