La decisión de la jueza Brenda Penny supone una victoria para la artista, quien el pasado mes de junio se pronunció por primera vez en contra de su progenitor, aunque la tutela se mantendrá a cargo de un funcionario del estado de California con carácter temporal.

Después del escándalo mediático que supuso la declaración de Britney, el padre cambió de parecer y pidió terminar la custodia de manera inmediata, algo a lo que se oponía el equipo legal de la cantante, que al tomar las riendas de la tutela podrá acceder a toda la documentación de la misma para investigar posibles abusos de poder.

“Creo que la suspensión de Jamie Spears como tutor es lo mejor para los intereses de la tutelada”, dijo la magistrada antes de añadir que la orden tenía efecto inmediato.

La sesión, que se alargó durante casi tres horas, estuvo protagonizada por un duro intercambio de posturas entre los abogados de Britney y los de su padre.

Lee También

El representante legal de la artista, que fue contratado este verano gracias a una autorización de la jueza, defendió una estrategia por la quería que el progenitor fuera suspendido para transferir la tutela a un empleado público, John Zabel, que tomará las decisiones hasta el 31 de diciembre sobre los 60 millones de dólares en los que está avaluada su fortuna.

De esta manera, el abogado y el nuevo tutor accederán a toda la documentación pertinente sobre los 13 años de tutela gestionada por el padre y podrán investigar las supuestas ilegalidades que, se cree, cometió.

Sin embargo, Jamie se opuso drásticamente a este punto y pidió sin éxito el fin inmediato de la tutela, sin mayores gestiones.

El caso ha dado un nuevo giro este fin de semana después de que el diario The New York Times publicara un reportaje con declaraciones de tres personas que han trabajado para Britney durante su tutela: un empleado de seguridad, una asistente y su jefa de vestuario.

Entre los testimonios más espinosos, el exempleado de seguridad afirmó que el progenitor mandó colocar micrófonos en la casa de Britney, cuyas llamadas y mensajes eran interceptados, incluso las comunicaciones con su propio abogado y sus hijos.

Se desconoce si la corte de California sabía de estas prácticas, que en caso de haberse hecho a espaldas de los tribunales pondría contra las cuerdas a su padre, responsable último de la tutela.