Escrito por:  Redacción Economía
Nov 1, 2023 - 10:14 pm

La generación de ahora es diferente a la de antes. Los padres y abuelos siempre soñaron con tener una casa propia, carro y una familia llena de hijos. Este pensamiento, en muchos sentidos, ha cambiado con el paso del tiempo.

Ahora, las parejas jóvenes toman otro tipo de decisiones y apuestan a llevar una vida sencilla con pocas responsabilidades, más allá del día a día en el trabajo. El crecer profesionalmente, por ejemplo, es uno de los caminos que más se eligen. Sin embargo, también se apuesta por formar un hogar, pero con mascotas.

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Sobre esto, muchas personas piensan que el tener un perro o un gato es igual de complicado que un hijo. Incluso, señalan que los gastos pueden ser los mismos. No obstante, hay muchos factores que tienen que ver y pueden definir esto.

Santiago Rodríguez, profesor de la Universidad de Los Andes, habló con Portafolio y explicó de qué depende de que sea más barato mantener a una mascota o un bebé.

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Para el docente de la facultad de administración todo pasa por los ingresos que se tengan, ya que hay personas que con un buen salario le dan a su mascota muchas comodidades, como si fuera su hijo.

Es muy diferente tener un perro, que es dependiente, a un gato que acostumbra a ser independiente y no necesitar tanta atención. En este aspecto, el profesor señaló que es clave el tipo de animal y el tamaño de este.

En el caso de la alimentación, la comida de un bebé es más costosa, empezando por la variedad que debe tener para que el niño crezca sanamente. Un animal puede alimentarse con un solo producto.

La salud es un aspecto clave: un niño cuenta con la facilidad de estar afiliado a una EPS, con leyes que lo protegen; mientras que una mascota no. Los costos de las veterinarias suelen ser muy altos.

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Finalmente, la educación es otro ítem clave, pues el tener un hijo representa una inversión en este aspecto, mientras que la mascota no. Claro está, muchas personas les pagan guardería a sus animales.

En conclusión, “todo dependerá del poder adquisitivo de las personas” para elegir cuáles son sus prioridades en gastos, pero en el sentido normal, es más caro mantener a un bebé que a una mascota si se tiene en cuenta la recreación, la alimentación, la educación, entre otros aspecetos.

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