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Los colombianos están llevando menos el vehículo a los talleres de mecánica. Eso es lo que piensan los mecánicos y dueños negocios del sector tradicional La Bayadera. Contaron que al final de mes están terminando con menos dinero en la caja.
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El sector automotriz es amplio y relevante para cualquier economía. Generalmente, las grandes ciudades cuentan con un lugar específico donde se ubica este comercio: venta de autopartes, mecánica, lujos, latonería y sonido.
Uno de esos sectores en Medellín es La Bayadera, que cuenta con cerca de 170 talleres y locales dedicados a este oficio. EL COLOMBIANO dialogó con los mecánicos, quienes coincidieron en que las ventas bajaron este año entre 30% y 60%.
Un servicio básico es la alineación y balanceo de carros. Son dos servicios de mantenimiento que se le hacen a las ruedas de los vehículos para ajustarlas correctamente. Sebastián Pérez realiza esta labor en el taller Peláez Hermanos. El trabajador contó que dicho servicio cuesta $ 110.000 para carros y $ 130.000 para camionetas, los precios crecieron $ 10.000 este año.
El problema es que el número de personas que cada día demanda el servicio se redujo a la mitad. Pérez dijo que el año pasado atendía entre 10 y 12 vehículos al día, pero este año solo completa entre cinco y seis.
Fernando Giraldo es otro mecánico del sector. Algunos dicen que repara lo que sea: luces, polarizados, pantallas y demás. Confirmó que por cada vehículo que interviene se gana un porcentaje, por lo que sus ganancias se redujeron 50 % ante el bajo flujo de clientes.
Giraldo cree que la situación obedece a que “la gente ya casi no saca el vehículo y al utilizarlo menos, pues se les daña menos”.
Alguien que conoce el sector al derecho y al revés es Fernando Bedoya Villegas, propietario de Tecniembragues. El comerciante y mecánico cuenta con 37 años de experiencia y contó que los daños que más repara son en los embragues. Arreglos que pueden variar entre los $ 200.000 y $ 1 millón.
Bedoya reconoce que la situación es compleja, pues antes contaba con hasta siete clientes al día, pero actualmente solo dos o cuatro personas demandan sus servicios.
El bajo flujo comercial aterrizó en los segmentos de latonería y sonido, que son de los que requieren una inversión mayor. Una instalación de sonido varía entre $1 millón y $1,5 millones, mientras que pintar piezas del vehículo se ubica en ese mismo rango. Tiendas consultadas sostuvieron que la demanda se redujo a la mitad en lo corrido de este 2024.
Esto es algo que ya había reportado el gremio Asopartes desde el año pasado. De hecho, en su registro anual sostuvo que las ventas del comercio minorista en Colombia decrecieron 8,2% a corte de julio del año pasado. Lo preocupante es que las caídas más grandes se presentaron en la categoría de motocicletas, partes, piezas y accesorios (-14%).
Eso es algo que demuestra que la caída en la demanda es a nivel nacional. Asopartes anotó que las mayores contracciones en el comercio minorista se dieron en Cundinamarca (-21,5%), Atlántico (21%), Valle del Cauca (20,6%) y Antioquia (16,9%).
¿A qué se debe?
La baja de los servicios puede obedecer a dos razones: la gente está comprando menos y dejando de sacar los vehículos.
En el primer trimestre del año han circulado menos en Medellín. De hecho, datos suministrados por la Secretaría de Movilidad, con base en las cámaras de foto detección, dan cuenta que el flujo de vehículos en la capital antioqueña cayó 20% en ese periodo, entre enero y marzo circularon 13,19 millones de unidades menos frente al mismo trimestre del año pasado (ver gráfica).
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Otro dato verídico es que en 2023 se vendieron 29% menos vehículos frente a 2022, según datos de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos). Lo preocupante es que la cifras siguen caídas. Las ventas disminuyeron 13,6% en lo corrido del año (enero-marzo) frente a los mismos meses del año pasado.
Y el hecho de que la gasolina está muy cara es incuestionable. Fedipetróleo, gremio de las estaciones de servicio de combustible, confirmó que el comercio de gasolina cumple 10 meses cayendo de forma consecutiva. El galón subió $ 6.050 entre octubre de 2022 y enero de este año.
Las estrategias
La razón de ser de una compañía es vender y generar riqueza. Y si esa fórmula está fallando, entonces el negocio debe replantearse y apoyarse con estrategias. Así están superando los negocios de La Bayadera la compleja situación que está golpeando sus ganancias.
Un caso es el de Turbo Lujos. Geraldine Flores administra el negocio y reconoció que el segmento de lujos es quizá de los más golpeados: el comerció se contrajo 60% en el primer trimestre de este año.
El mercado de lujos para vehículos tiene como foco a las personas que desean adquirir accesorios y piezas que brinden un plus estético al rendimiento y comodidad sobre las cuatro ruedas: filtros de alto flujo, porta placas, luces exploradoras y sublimación led, son solo algunas opciones.
La cuestión es que se trata de elementos que no son precisamente indispensables y, por tanto, los consumidores está optando por aplazar dichas compras y atender otras prioridades.
La administradora del local destacó que ante la caída en las ventas, el negocio fortaleció su presencia en redes sociales y lanzó algunas promociones para incentivar las compras, lo que ha ayudado a mitigar la sequía comercial. Por ejemplo, un filtro de alto flujo que normalmente vale $250.000, se está promocionando en $190.000 con instalación incluida.
Sin embargo, otros han tenido que tomar decisiones más drásticas para reducir costos y mantener sus talleres con vida. Yilmar Hoyos, administrador de Reparaciones Perilla, señaló las ventas han mermado en más del 50%. “Es bastante preocupante porque nosotros tenemos un objetivo de ventas diarias y no se están cumpliendo”. Razón por la que el taller se vio en la obligación de reducir su personal en seis trabajadores. Actualmente, cuentan con un personal de 14 personas.
Lo cierto es que no es la primera vez que el sector enfrenta dificultades. Y como algunos de sus comerciantes dicen: “se trata de ponerle el pecho a la situación, porque no hay de otra”, pues están casi seguros que después de las situaciones amargas, vienen las más dulces.
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