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Uno de los gerentes de hospitales en el Quindío que fue ratificado en su cargo para el período 2024-2027 fue Juan David Arango Ramírez, quien recibió el visto bueno de la administración municipal de Quimbaya, para seguir al frente del Sagrado Corazón de Jesús.
El funcionario tomó las riendas del establecimiento clínico del ‘Municipio Cívico’ el pasado 9 de noviembre de 2022, al tiempo que fue seleccionado como el presidente de la Asociación de Hospitales Públicos en el Quindío.
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El profesional se encontró con un déficit de $ 600 millones, pero al cierre de 2023 logró convertirlo en un superávit de más de $680 millones.
Sin embargo, el desafío financiero sigue latente, debido a que las EPS le adeudan al Sagrado Corazón de Jesús alrededor de $2.749 millones, un monto bastante elevado para un hospital de primer nivel que atiende una población mayor de 35.000 personas.
“El tema de la salud en Colombia es álgido en estos momentos, las deudas de las EPS en el caso de Asmet Salud, con un año de intervención, es de $ 1.335 millones; La Nueva EPS, $ 1.034 millones; Sanitas, $ 380 millones; estamos hablando a grandes rasgos de las tres EPS que están intervenidas actualmente”.
El gerente sostuvo que el hospital tiene una cartera que asciende a más de $ 4.500 millones por EPS que se encuentran liquidadas: “No olvidemos Coomeva que desapareció con una deuda de más de $500 millones, Medimás con más de $1.000 millones, Caprecom, Cafesalud, estas carteras que creo que no son de difícil recaudo, sino imposibles”.
El Sagrado Corazón de Jesús cuenta con un presupuesto de operatividad anual de alrededor de $ 8.000 millones. “Hemos intentado salvaguardar las cuentas y logramos tener una sostenibilidad”.
En materia de venta de servicios, el gerente acotó que se recauda mensualmente cerca de $ 650 millones, la idea para terminar la vigencia actual o mediados de 2025 es lograr a un número que les dé estabilidad fiscal y financiera, a partir de una facturación promedio que ascienda a casi los $ 1.000 millones mensuales.
“Si logramos en equipo esos $ 1.000 millones de facturación mensual, en compañía con las administraciones municipal y departamental, le daríamos una sostenibilidad financiera y fácilmente el hospital podría crecer en sus servicios”.
Sobre el panorama que percibe por las intervenciones del Gobierno nacional a las EPS, el gerente dijo que están expectantes: “Las intervenciones tienen una razón de ser: mejorar y garantizar el derecho a la salud, nosotros exigimos que nos garanticen ese flujo de recursos, que nosotros como ESE facturemos sea lo que verdaderamente es, si facturamos un peso que nos manden un peso con los soportes”.
Continuidad
Sobre su continuidad, indicó: “Llegué en el 2022, un reto grande, para la comunidad quimbayuna no es desconocimiento ver las problemáticas que enfrenta el hospital no solo en su planta física sino en materia financiera, unas deudas que superaban los $600 millones, pero lo entregamos con superávit de $680 millones”.
Agregó: “Logramos tener una recuperación paulatina, durante un año de mucha austeridad y trabajo con un proceso de cobro de cartera, con un proceso administrativo muy de la mano de todo el equipo y le dimos un giro al hospital. A partir de los resultados el alcalde Juan Manuel Rodríguez Brito nos dio ese apoyo para seguir, reconoció que hemos hecho las cosas bien”.
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El hospital por el momento presta sus servicios de primer nivel o básico no solo a la población local sino también para flotante de sectores del Valle del Cauca como Ulloa, Alcalá, así como la parte baja de Filandia.
Se cuenta con 115 funcionarios activos entre personal asistencial como administrativo. Tienen 20 médicos que se rotan por urgencias y consulta externa, más 3 bacteriólogos, 2 odontólogos, una jefe de enfermería, promotores de salud pública; en la financiera hay auxiliares administrativos, en el área de almacén, facturación, calidad, coordinación médica, contabilidad y área de gerencia.
Proyecto de nuevo hospital
Sobre el proyecto prometido para la construcción de una nueva sede para el hospital, el gerente dijo: “Llevamos ya muy adelantado el proyecto en conjunto con el ministerio de Salud, se logró la aprobación de los estudios y diseños arquitectónicos, las ingenierías, nos encontramos a puertas de una aprobación final del presupuesto el cual a hoy oscila entre los $28.000 millones”.
Dicha aprobación dependerá de las evaluaciones pendientes de parte de funcionarios del ministerio de Salud que van a efectuar al establecimiento clínico, aunque Arango Ramírez reconoció que se “requiere de celeridad porque la actual infraestructura no nos da para sostenernos más en el tiempo”.
Agregó: “Hay un compromiso de parte de la gobernación, de la ejecución, debido a que esto sale y será financiado por recurso de regalías directamente de la región”.
Actualmente se hacen adecuaciones mínimas en el área de urgencias para sostener el funcionamiento, ya que si hay una mayor intervención se podría ocasionar detrimento, ante una eventual demolición por la construcción de la nueva sede.
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