“Las pruebas han sido muy buenas hasta ahora. Lo más importante para nosotros, de lejos, es que no se cometieron errores claros. Tuvimos seis decisiones de cambio de juego tomadas como resultado de VAR (videoarbitraje). Esto es lo que dice el protocolo: buscar errores claros. Concentrarse en las decisiones clave”, explicó en una conferencia de prensa.

“Dicho esto, por supuesto admitimos que hay muchos aspectos que deben mejorarse. Necesitamos que el tiempo de espera sea lo más corto posible”, reconoció el helvético, quien señaló que los colegiados son “inteligentes” y “saben que las comunicaciones deben ser rápidas y directas” y que el tiempo “es un imperativo”.

“Sin embargo, elegir el ángulo de cámara correcto lo más rápido posible, bajo presión, es algo que todavía es complicado. Después de la conclusión del torneo, vamos a trabajar para el futuro. Sin embargo, estos son ya resultados importantes”, apuntó.

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“No seremos perfectos, pero vamos a reducir los errores. Además, VAR será una herramienta de prevención. Los jugadores sabrán que están bajo vigilancia. Pese a todo, el objetivo del árbitro sigue siendo el mismo: estar en el lugar correcto en el momento adecuado, entender el juego y tomar las decisiones correctas al aplicar sanciones disciplinarias”, añadió Busacca.

Colin Smith, responsable de competiciones y eventos de la Fifa, aseguró que tras doce partidos el nivel organizativo ha “sido muy alto” tanto en los estadios como en las ciudades anfitrionas. “Desde el punto de vista operativo, la fase de grupos de la Copa Confederaciones ha sido un éxito”, destacó.

“Sin embargo, por supuesto que hay espacio para la mejora. Hay aspectos operativos que seguimos ajustando para mejorar los cuatro partidos restantes”, señaló Smith, y añadió que están consiguiendo un aprendizaje muy valioso para el próximo Mundial 2018.

Con EFE.