Presión alta y otros daños poco conocidos que genera sentarse con las piernas cruzadas
Esta posición es una de las favoritas de las personas, muchas veces se usa para descansar el cuerpo pero los efectos son contrarios a lo que se busca.
Un estudio de la Universidad de Queensland, que fue dirigido por Julie Hides, encontró que el sedentarismo y la presión extra que se ejerce sobre las piernas ocasionan daños a largo paso en músculos y articulaciones.
Estos son algunos de los problemas que produce mantener esta postura:
Presión alta: la fuerza que se ejerce sobre las piernas obstruye parcialmente las venas y esto desarrolla una presión alta, es decir, que se acumula una gran cantidad de sangre en un solo lugar. Pese a esto, el cuerpo vuelve a recuperarse cuando se adopta otra pose.
Mareo: cuando las venas se obstruyen ligeramente la sangre no se distribuye de forma correcta, por lo tanto, el oxígeno tampoco, así que se podría presentar malestar.
Entumecimiento: por la presión ejercida sobre la zona se desarrolla cosquilleo y entumecimiento, ahí está la respuesta de por qué se ‘duermen’ las piernas: no hay un flujo sanguíneo fluido.
Problemas de espalda: cruzar las piernas hace que la distribución de peso en el cuerpo no sea la adecuada y esto le da una carga extra a la columna. Es posible que se presente dolor de espalda.
Parálisis del nervio peroneo: la posición obstruye este nervio y la persona no podrá levantar los dedos de los pies.
Várices: cuando la posición se vuelve un hábito es común que empiecen a aparecer venas várices, pues como ya se mencionó se acumula sangre en las piernas y a largo plazo coágulos.
Daño articular: la pose tuerce a largo plazo las articulaciones de las rodillas y los tobillos.
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