De presidente de Bancolombia a un tipo que necesita muy poco para ser feliz
Carlos Raúl Yepes, quien se hizo famoso por dejar el cargo para poder disfrutar de su familia, cuenta cómo es vivir sin un salario alto.
Y esto lo hizo por una carta en la que su hija le hizo reevaluar el sentido del trabajo y la vida.
Yepes era un tipo exitoso, y todos los aburridores indicadores del Bancolombia lo demuestran. Y se bajó del bus.
“A mí me decían que cualquiera con mi salario se podía retirar, pero estando en esa posición tal vez lo más fácil era quedarse y seguir acumulando…”, dijo a El Tiempo, a propósito del lanzamiento de su libro ‘Por otro camino’, en el marco de la Feria del Libro de Bogotá.
Pero Yepes lo hizo y explica que lo logró gracias al desapego, “el estado en el que una persona supera su lazo de unión al deseo por las cosas, personas u objetos existentes”.
Yepes se desapegó del poder, lo material, el dinero… no tiene fincas ni monta a caballo.
“Yo sabía lo que quería y soy un tipo de una vida austera, vivo tranquilo y necesito muy poquito para vivir feliz”, dijo.
Yepes reconoce que tuvo miedo, en especial por el futuro de sus hijos. Miedo a que los ingresos para la casa llegaran a faltar.
“En vez de salir a comprar propiedades me recogí y con mi esposa empezamos a enfocarnos en el ahorro”, agregó a El Tiempo.
Yepes cree que su historia puede ser la de otros muchos y en el último capítulo de su libro propone unos interrogantes que cualquier se debería formular: ¿qué le gusta hacer? ¿Con quién le gusta estar? ¿Qué cosas lo hacen sentir feliz? ¿Cómo se ve en 10 años?
Es probable que esas preguntas lo lleven a usted a renunciar al trabajo para ser feliz.
Eso, precisamente, es lo que Yepes resume en su libro ‘Por otro camino, de regreso a lo humano’, donde habla de un cambio de mentalidad en las relaciones entre las personas con base en el respeto y la confianza.
También habla, como lo expone la revista Semana, de la posibilidad del ser humano de lograr resultados superiores cualitativos y cuantitativos, e incluso repensar el concepto de la rentabilidad. Y no deja de lado los consejos para los empresarios, a quienes les insta a volver al lenguaje amable y respetuoso.
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