Recetas para un corazón roto

Estas son las herramientas para superar esa tusa amarga que te tiene pensando más en esa otra persona, que en lo que a ti te pasa.

Cuando llevas mucho tiempo pensando en alguien más, y has estado mirando demasiado al exterior, viene bien recordar que a la primera persona a quien debes cuidar, mimar, y amar es a ti.

La energía cuando estamos enfocados en el exterior se ve reducida y no te explicas por qué estás tan cansada. Esto es normal, pero este agotamiento es señal de que es tiempo de volver la mirada hacia lo más importante.

Consejos para hacerlo

• Busca espacios de conexión contigo

Encuentra y centra el foco en ti, escucha a tu cuerpo y hazle caso.

Es un momento ideal para ofrecerte buena comida, buen descanso y los mejores cuidados. Aprende a sentirte a ti misma, a darte lo mejor que tienes a tu alcance y consiéntete.

• Sin enganches vives mejor

Invierte tu tiempo de una manera útil. Si sientes que estás enganchada a las redes sociales, ponte límites y balancea tus actividades para que no estés demasiado tiempo haciendo lo mismo, incluso si eso es tu trabajo o es tu familia.

• Acompaña de verdad a tu familia y amigos

Si tienes la oportunidad de compartir con ellos, dedícales toda tu atención y deja lejos el teléfono y los correos electrónicos. Más vale pasar 30 minutos de entrega y escucha activa  con tus familiares, que toda la tarde sin ni siquiera darte cuenta de que están a tu lado.

Presta atención a lo que te cuentan y busca la forma de interactuar con cariño y respeto con las personas que tienes cerca. ¡Apreciarás la diferencia!

• No juzgues a esa persona en la que estás pensando

Para que puedas valorar si de verdad amas a esa persona y la extrañas, o solamente te duele que no te haya prestado atención y eso te está machacando el corazón, te servirá dejarlo de juzgar.

Escucha a tu corazón. No está roto, sino que no lo escuchas.

¿Porque quieres que alguien te arregle las cosas? Ya no es tiempo de que nadie te remiende tu corazón.

Dejes de echar en el otro tus vacíos y contradicciones. Los desaciertos del otro son espejos de lo que eres. Si no juzgas comprenderás todo mejor.

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