Vacaciones Científicas en el Jardín Botánico: así cultivan pequeños guardianes del planeta en Bogotá
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Visitar sitioDel 7 al 9 de octubre, el Jardín Botánico de Bogotá será un aula viva para futuros guardianes del planeta.
Del 7 al 9 de octubre de 2025, el Jardín Botánico José Celestino Mutis de Bogotá será escenario de las Vacaciones Científicas, un programa dirigido a niños y niñas de 5 a 12 años que busca cultivar conciencia ambiental en el contexto de la actual crisis climática y la acelerada pérdida de biodiversidad. Esta actividad va más allá del simple receso escolar, al convertir el Jardín en un auténtico laboratorio vivo donde el aprendizaje se da a través de la experimentación y el juego, integrados bajo un enfoque pedagógico guiado por especialistas en ciencias naturales.
Las actividades planificadas se distribuyen en jornadas matutinas y siguen una estructura temática, focalizando asuntos esenciales como la extinción de especies, la importancia de los polinizadores y la conexión emocional de los niños con la naturaleza. El diseño de las experiencias no solo se orienta a transmitir información, sino también a fomentar emociones y a impulsar conductas reales hacia la protección ambiental. En consecuencia, el Jardín Botánico se transforma en un aula viva y ejemplifica una tendencia mundial que reivindica la educación ambiental en la infancia como pilar de la sostenibilidad.
De acuerdo con el programa de educación ambiental de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en ciudades como Berlín, São Paulo y Ciudad de México, iniciativas similares han logrado que los participantes desarrollen mayor empatía ambiental y adopten comportamientos responsables respecto a la biodiversidad en su vida diaria. En Bogotá, datos del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural señalan que la ciudad posee más de 200 parques y espacios verdes, pero menos del 15% cuentan con programas de educación ambiental estructurada para menores de edad, ubicando al Jardín Botánico como referente en este campo.
Un estudio reciente del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) refleja un contraste relevante: el 78% de los bogotanos manifiestan la importancia de cuidar el entorno, sin embargo, apenas el 22% participa de manera activa en la conservación, lo que enfatiza la necesidad de puentes entre la conciencia y la acción. Por ello, programas formativos como las Vacaciones Científicas asumen un papel fundamental en cerrar esa brecha.
No obstante, informes de la Fundación Natura advierten que la educación ambiental no puede limitarse a iniciativas particulares. Colombia continúa perdiendo aproximadamente 170.000 hectáreas de bosque anualmente, lo que indica que estos esfuerzos deben ir acompañados de políticas públicas robustas y permanentes, orientadas tanto a la protección de los ecosistemas urbanos como a garantizar el acceso equitativo a la formación ambiental.
Expertos en biología y pedagogía, citados en entrevistas, señalan que si bien estas actividades establecen precedentes, es imprescindible evaluar su impacto en el mediano y largo plazo: ¿provocan cambios sostenibles en los hábitos familiares y comunitarios? Además, surge la inquietud sobre el alcance real de estos programas para los niños que hoy no pueden acceder a ellos, lo que remite a la urgencia de diseñar estrategias integrales y transversales.
En suma, el Jardín Botánico de Bogotá se convierte así en un semillero de ciudadanía crítica y ambientalmente responsable. Por su capacidad de incidir en la cultura ecológica urbana, estas vacancias científicas pueden ser semillas de transformación a largo plazo, siempre que cuenten con apoyo multisectorial y evaluación constante. La apuesta es formar nuevos ciudadanos conscientes, demostrando que enseñar a cuidar el planeta no es un lujo, sino una prioridad social.
¿Cómo pueden las familias interesadas inscribir a sus hijos en las Vacaciones Científicas? El acceso y los procedimientos de inscripción para actividades de educación ambiental suelen generar dudas en los padres de familia. Conocer los pasos para garantizar un cupo se convierte en una preocupación común, sobre todo frente a una oferta limitada de plazas frente a la demanda existente.
La relevancia en proporcionar información clara sobre la inscripción radica en acercar a más familias al conocimiento ambiental y facilitar el acceso a espacios educativos alternativos en Bogotá, dados los bajos porcentajes actuales de oferta estructurada según los datos del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.
¿Qué estrategias existen para que más parques de Bogotá ofrezcan educación ambiental estructurada? La escasa oferta de programas ambientales en la mayoría de parques urbanos de Bogotá es un reto pendiente para la ciudad. Esta situación limita las oportunidades de sensibilización y formación ecológica entre la niñez, un aspecto crítico señalado tanto en estudios del DANE como en reportes internacionales.
Analizar las posibles vías para ampliar la oferta educativa, incluyendo el rol de políticas públicas, alianzas interinstitucionales y la gestión de recursos, puede contribuir a replicar experiencias exitosas y reducir las desigualdades de acceso a la educación ambiental en la ciudad.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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