Bogotá asegura su futuro hídrico: comunidades serán recompensadas por proteger páramos y bosques clave

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Conservación, incentivos y desarrollo rural: Bogotá avanza en su estrategia clave para proteger el agua.

El acuerdo firmado entre la Alcaldía Mayor de Bogotá y Conservation International Colombia marca el inicio de la segunda fase del programa de Pago por Servicios Ambientales Hídricos (PSAH), lo que se traduce en una estrategia decisiva para resguardar fuentes de agua vitales para la capital. Este convenio, vigente entre 2025 y 2027, compromete la conservación y restauración de al menos 3.500 hectáreas ubicadas en ecosistemas estratégicos como páramos y bosques en las zonas rurales de Sumapaz, Usme, Ciudad Bolívar y el Parque Nacional Natural Chingaza. Según lo publicado en el documento original, el programa busca que estas acciones permitan mantener el acceso sostenible al agua para Bogotá y municipios de su entorno metropolitano.

El PSAH consiste en entregar incentivos económicos a propietarios y comunidades rurales que se comprometan a cuidar los ecosistemas esenciales al abastecimiento hídrico. De este modo, se evita que prácticas perjudiciales —como la tala, la quema y la expansión agrícola descontrolada— continúen afectando el equilibrio del entorno natural. Desde su inicio en 2021, esta iniciativa ha protegido 3.706 hectáreas e involucrado directamente a más de 100 familias de municipios como Guasca, Sesquilé y La Calera, conforme a los datos citados en el texto original.

La importancia de este mecanismo no se limita a la protección del agua. Tal como explicó Adriana Soto, secretaria de Ambiente de Bogotá, el programa también fortalece la participación comunitaria. En sus palabras, reconoce a los habitantes rurales como verdaderos "guardianes de la biodiversidad" y busca construir un legado sostenible para futuras generaciones. Además, la intervención afianza la Estructura Ecológica Principal de la ciudad, cumpliendo con parámetros internacionales para la adaptación al cambio climático.

Investigaciones recientes del Instituto Humboldt han indicado que los páramos y bosques altoandinos cumplen un papel esencial en la regulación de los ciclos hídricos y en la mitigación de sequías. Este punto toma aún mayor relevancia porque la Sabana de Bogotá se ha visto afectada por la urbanización y el cambio climático, factores que presionan la disponibilidad de agua.

A su vez, la experiencia de Conservation International ha mostrado que los programas PSA pueden implementarse en otras partes de Colombia, como el Magdalena Medio y el páramo de Sumapaz. Esta iniciativa ofrece incentivos responsables a comunidades rurales que enfrentan amenazas como la deforestación y agricultura extensiva, problemas señalados por la Defensoría del Pueblo como causantes de la pérdida de calidad y cantidad de agua en la región.

Comparando experiencias en América Latina, se observa que esquemas bien estructurados de PSA, como los aplicados en Costa Rica y Chile, han aportado a fortalecer la economía local, mejorar la gobernanza ambiental y reducir conflictos territoriales, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). No obstante, distintos expertos y la Secretaría de Ambiente de Bogotá advierten que la permanencia y eficacia del programa requieren monitoreo transparente y la articulación de varias instituciones. El uso de tecnologías satelitales y la inclusión de la comunidad serán claves para comprobar los avances y consolidar una política pública hídrica robusta.

Así, la protección y restauración de los ecosistemas estratégicos bajo este convenio representan una apuesta decidida por la sostenibilidad hídrica de Bogotá. Además, sientan bases para que otras ciudades enfrenten desafíos similares de conservación y aseguramiento del agua potable, tal como enfatiza el Observatorio Ambiental Bogotá.

¿Cómo funciona el mecanismo de Pago por Servicios Ambientales Hídricos? El PSAH es un modelo voluntario donde propietarios y comunidades reciben incentivos económicos a cambio de preservar áreas naturales claves para el suministro de agua. Este enfoque ayuda a prevenir actividades dañinas como la tala y la expansión agrícola, protegiendo ecosistemas que garantizan el flujo hídrico para millones de personas. Su funcionamiento depende de acuerdos claros, seguimiento técnico y la participación activa de beneficiarios, factores que han permitido su expansión en varias regiones del país según reporta Conservation International Colombia.

¿Por qué es importante conservar los páramos y bosques altoandinos? Los páramos y bosques altoandinos desempeñan una función irremplazable en el ciclo del agua. Según estudios del Instituto Humboldt, estas áreas actúan como esponjas naturales que capturan, almacenan y liberan agua de manera gradual, previniendo inundaciones y sequías. Su conservación es esencial no solo para asegurar el abastecimiento de agua, sino también para mantener la biodiversidad y reducir el impacto del cambio climático en las zonas rurales y urbanas de la región.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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