Un barrio convierte su loma en un tobogán gigante: la creativa hazaña que une a Medellín y al mundo

En la comuna 5, conocida como Castilla, al noroccidente de Medellín, un grupo de habitantes recurrió a la creatividad y la unión comunitaria para transformar el entorno urbano en un espacio de recreación poco convencional durante los últimos días del año. Con un enorme trozo de plástico, abundante agua y jabón, los vecinos del sector crearon un resbaladero gigante que cubre prácticamente toda una loma de este barrio. Esta iniciativa ha logrado congregar a niños, jóvenes e incluso adultos, quienes se lanzan colina abajo en solitario o en grupos, compartiendo carcajadas y emociones fuertes. Apenas se difundieron los primeros videos en redes sociales, las imágenes generaron gran impacto por la evidente felicidad de los participantes y la originalidad de la propuesta.

La actividad, que suele asociarse con juegos infantiles, en esta ocasión superó los límites de edad y se convirtió en un acontecimiento inclusivo en el que la diversión es la tónica dominante. Según recopilaciones publicadas por El Colombiano, la resbaladera no es en realidad un suceso aislado en Castilla: durante los años 2023 y 2024, el barrio ya había montado este tipo de tobogán improvisado, posicionándose en tendencia internacional por la habilidad y el ingenio de sus residentes. El fenómeno ha atraído también a visitantes tanto locales como extranjeros quienes, sorprendidos, celebran la capacidad de la comunidad de transformar su realidad con pocos recursos y mucha imaginación.

Las reacciones a esta divertida intervención urbana han quedado reflejadas en los comentarios de los videos compartidos: mensajes de orgullo, afecto por la ciudad y evocaciones nostálgicas se mezclan con las voces críticas que advierten sobre posibles riesgos. Mientras para muchos, este tipo de iniciativas representa la alegría y espontaneidad de los paisas –como cariñosamente se llama a los habitantes de Medellín–, otros consideran que la actividad puede interferir con la movilidad y, en el peor de los casos, desembocar en accidentes. Frases como “eso puede terminar en tragedia” o “no hay parques de diversiones en Medellín, qué tristeza” reflejan esa preocupación por la seguridad y el uso adecuado del espacio público.

Hasta la fecha, según El Colombiano, no se han reportado lesiones asociadas a la pista jabonosa ni existe un pronunciamiento oficial en contra de la práctica. Sin embargo, se hace énfasis en la importancia de adoptar precauciones, dado que se trata de un resbaladero improvisado sobre pavimento, lo que incrementa el potencial de raspones o accidentes. La experiencia demuestra cómo la creatividad colectiva puede ofrecer alternativas lúdicas incluso en contextos donde recursos e infraestructura formal son escasos, aunque no deja de plantear interrogantes respecto a la seguridad vial y los límites del entretenimiento comunitario.

¿Cuáles son los principales riesgos y precauciones para actividades recreativas en espacios públicos improvisados?
La creatividad para adecuar espacios urbanos como sitios de recreo, como ocurre con el resbaladero gigante de Medellín, suele aparecer ante la falta de infraestructura formal de entretenimiento, especialmente en barrios populares. Esta búsqueda de espacios alternativos fomenta la convivencia y el sentido comunitario, pero también implica desafíos en cuanto a la prevención de accidentes y el uso seguro de la vía pública.
Al improvisar atracciones como toboganes sobre superficies urbanas, existe la posibilidad de caídas, golpes o lesiones. Es fundamental que los participantes estén atentos a las condiciones del suelo y cuenten con supervisión adecuada, minimizando riesgos y garantizando que la actividad sea recordada solo por la alegría compartida y no por un posible accidente.