La magia de “Mil navidades”: cómo Rosendo Romero y el vallenato avivan el espíritu de la Navidad

El nombre de Rosendo Romero Ospino resurge con especial fuerza cada año cuando se acerca la Navidad. Su apodo, “El poeta de Villanueva”, encapsula el profundo vínculo emocional y artístico que ha forjado con esta época del año. Para Romero, la Navidad no es solo una celebración más en el calendario; es una temporada marcada por la nostalgia, la fe y la esperanza, sentimientos que ha sabido plasmar con maestría en sus creaciones musicales, según destaca Juan Rincón Vanegas. El más reciente ejemplo de este legado es la canción “Mil navidades”, grabada en 2012 por Martín Elías Díaz –hijo de Diomedes Díaz, icónico representante del vallenato– junto a José Fernando “Morre” Romero, sobrino del compositor.

“Mil navidades” nace de un cuestionamiento personal de Rosendo Romero acerca de cuál fiesta le resultaba más entrañable. La respuesta llegó rápido: la Navidad, con su halo de recuerdos y aguinaldos. Este tema, cuyo título fue idea de su sobrino Morre, ingresó al repertorio del canto tradicional tras “Mensaje de navidad”, tema grabado hace más de cuatro décadas por Diomedes Díaz, donde se recogen las experiencias infantiles del propio Rosendo en Villanueva, La Guajira. Tanto en una como en otra, las emociones se sitúan en primer plano: Romero no oculta las lágrimas que surgen al recordar aquellas celebraciones y los aguinaldos que marcaron su infancia, mostrando la fuerza evocadora de la memoria familiar y la importancia del amor materno.

Romero relata cómo el proceso de composición de “Mil navidades” se nutrió de las vivencias cotidianas y de la añoranza del tiempo ido. En la canción, hace referencia tanto al paso veloz de los años como a la transmisión intergeneracional de la alegría navideña; evoca cómo lo vivido se atesora como en un sueño, y cómo desea que los niños vivan la Nochebuena con canciones y esperanza. Un momento crucial en la historia de la canción fue la grabación por parte de Martín Elías. Al principio, el compositor dudaba de si un intérprete joven lograría captar la esencia del tema. Sin embargo, la entrega y talento de Martín Elías, apoyado por el acordeón de Morre Romero, disolvieron pronto esas dudas y reafirmaron la apuesta de Rosendo por la juventud vallenata.

La satisfacción de Romero se hizo aún mayor al presenciar el éxito de “Mil navidades” y comprobar que la voz juvenil de Martín Elías mantenía vivo el espíritu del folclor. Para el compositor, ha sido motivo de orgullo sumar ya cuatro cantos significativos al repertorio festivo del fin de año, donde la Navidad y el Año Nuevo se enlazan como los pilares de la alegría colectiva. Romero reconoce que su inspiración surge de la búsqueda por transmitir estos sentimientos, y confiesa emocionarse cada vez que oye sus canciones perdurando en el tiempo.

El aguinaldo es más que un regalo; es memoria, afecto y gratitud. Así lo recuerda Romero, evocando con lágrimas el regalo que recibió de su madre, Ana Antonia “La Nuñe” Ospino: una franela, una bolita y un pitico de lata, presentes sencillos pero imborrables por la carga de amor que llevaban. Cerrando el ciclo, el compositor reflexiona sobre las navidades de su infancia: muchas veces sin aguinaldos materiales, pero siempre colmadas de cariño, unidad familiar y la música vallenata, que se convierte en símbolo de esperanza y renovación. La Navidad, en palabras de Romero y reflejada en su discografía, se reafirma como un tiempo para valorar lo esencial y soñar con un porvenir lleno de fe y alegría.

¿Por qué la música vallenata se asocia tanto con las celebraciones navideñas en la región? La relación entre el vallenato y la Navidad se pone de manifiesto en relatos como el de Rosendo Romero. Tal como describe el propio compositor, la música acompaña los recuerdos familiares y los momentos de alegría colectiva durante el último mes del año. En contextos rurales y urbanos de La Guajira y su entorno, el vallenato es la banda sonora de los reencuentros, los aguinaldos y las celebraciones en comunidad. Las letras llenas de nostalgia y de esperanza encuentran eco en los sentimientos típicos de la temporada.

Así, las fiestas decembrinas se convierten en escenario privilegiado para la expresión musical, permitiendo que canciones como “Mil navidades” y otras creaciones asociadas a la Navidad se transformen, año tras año, en medios para mantener vivas las tradiciones y transmitir emociones compartidas. Para quienes viven la Navidad con vallenato, cada acorde y cada estrofa son una invitación a rememorar y renovar el sentido afectivo de estas fechas.