Bogotá
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A pesar de que se quiso que fuera una ceremonia aislada, fue inevitable que se conocieran pequeños detalles.
El cangrejo azul y el pez cherna fueron los manjares que se sirvieron como entrada y plato fuerte respectivamente en la boda de María Antonia Santos, que se casó el pasado sábado con el golfista Sebastián Pinzón.
Sin embargo, el problema es que ambos animales están en vía de extinción, y su captura para ser comida de humanos está prohibida, como informa Noticias Uno, por lo que ha generado molestia a varios animalistas y ecologistas.
El menú completo estuvo compuesto con el nombrado cangrejo azul y palmitos de Putumayo como plato de entrada; el mencionado pez cherna, puré de arvejas y salsa de uchuvas como plato fuerte; y ponqué y quesos surtidos como postre.
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Pese al hermetismo que hubo en torno al matrimonio, se supo que el primer mandatario asistió a la boda con un frac clásico, y que el camino hacia el altar estuvo adornado con tapices asiáticos anudados a mano.
Otro detalle que se conoció es que flores blancas y luces, aun a plena luz del día, hicieron parte de la decoración de la ceremonia, que se ofició en los jardines de la entrada de Hato Grande y no en la capilla de la hacienda presidencial, dado el poco espacio que hay en ella.
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