‘Muere una flor’, la dolorosa historia detrás de la canción grabada por ‘Binomio de oro’

En el año 1980, el fallecido cantante de música vallenata Rafael Orozco, quien era la voz principal del grupo ‘Binomio de oro’, grabó la canción titulada ‘Muere la flor’, cuya letra guarda una triste historia.

Fernando Meneses Romero es el nombre del compositor de dicha canción. Para aquel tiempo estudiaba medicina en la ciudad de Cartagena, y durante su vida universitaria fue cercano a una historia de un amor que terminó con una mujer embarazada y abandonada por el que pensó que era el amor de su vida.

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La mujer en la que se inspiró el actual médico ginecobstetra venía de un pueblo y fiel a sus tradiciones familiares, quería esperar hasta el matrimonio para perder la virginidad. Su novio, con el que tuvo una relación muy larga, después de muchos años le propuso matrimonio y en la luna de miel consumaron su amor. Ella quedó embarazada, pero su ‘gran amor’ la abandonó.

Los protagonistas de dicha historia fueron amigos de Meneses de toda la carrera universitaria y su historia de amor lo inspiró a escribir la canción ‘Muere una flor’. La primera estrofa es contundente y pone en contexto al decir: “Se fue el poeta y hasta el poema murió, deja un capullo, un capullo con todo su encanto escondido”.

El dolor del compositor, quien fue un gran y cercano amigo de la mujer, quedó plasmado en el coro: “Me duelen tus ansias de amor, me duelen como si fueran mías y me duele sentirte mi niña, llena de amor con tus manos vacías”.

La historia se complementa en la segunda estrofa al contar con muchos detalles cómo fue la noche de bodas, ya que a través de versos que parecen poesía describe el paso a paso de una relación íntima. 

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“Un cirio encendido de amor (Relato 1).
Que de ilusiones perdidas mueren en vuelo y quemando van sus emociones y anhelos (Relato 2).
Y al cielo desvanece su luz de pasión (Relato 3).
La flor (ella) sus pétalos abrió, se estremeció en un matutino beso el rocío (Relato 4).
Y ese beso inundó su pecho de frío (Relato 5).
Y así el lucero de su cielo se extinguió (Relato 6)”.

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