Famosos opinan: ¿es bueno o malo pegarle a un niño para corregirlo?

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Marta Liliana Ruiz, Ana Cristina Botero, Jairo Camargo y Kristina Lilley, en La Red, contaron sus propias historias sobre este tema.

Ruiz, Botero y Lilley dicen que los castigos físicos de sus padres no los traumatizaron, mientras que Camargo asegura que en el pasado sí había traumas ocasionados por los golpes, pero que solo hasta estos tiempos se empezó a hablar de esa situación.

Esto fue lo que los famosos contraron a La Red:

Marta Liliana Ruiz

“Cuando mi mamá tenía que darnos una palmada o un correazo, nos lo daba. O sea, hablo de mi hermano mayor y yo, porque ya [con] mi hermana y mis hermanos menores empezó la moda de que ya al niño no se le podía pegar. Y ahí está la diferencia entre lo que somos mi hermano mayor y yo y los otros, que siempre perdían el año, les iba muy mal en el colegio”

“Si no le ponen límites, sigue derecho y arrasa con lo que encuentra. Creo que uno tiene que corregir a los hijos”.

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¿Se traumatizó?:  “No, para nada. Creo que era absolutamente justificado. Creo que no estoy traumatizada para nada”.

Ana Cristina Botero

“Sí me castigaban, sobre todo cuando le contestaba feo a mi papá o a mi mamá. Cuando hacía [Botero simula un gesto de desdén], ¡uy!, eso era palmada segura. Y yo no me traumaticé”.

“No estoy muy de acuerdo con la violencia física en extremo. Pero pienso que hay que corregir de alguna manera: una palmada, un castigo. A mí me daban correa”.

“La violencia física en extremo tampoco debe ser, pero hay que saber en qué momento se corrige y en qué momento no. Las faltas de respeto no se pueden dejar pasar. Definitivamente. Porque si no, se va a criar un niño que le va a faltar el respeto a todo el mundo, y en ese orden de días va a pasar por encima del mundo y de toda la gente sin respetarle su individualidad, sin respetar lo que la otra persona piensa. Y esos son los sicarios del día de mañana”.

Jairo Camargo

“A un tipo como yo, que andaba en otra parte de la esfera, del globo terráqueo, pues le dieron fuete como un carajo”.

“Lo que ocurre es que en esos tiempos había una idea de que la educación, de que la formación de un muchachito estaba basada en el rejo, que había que aconductar a la gente más con la fuerza que con el argumento.

“Ahora, que eso marcó ciertas conductas y ciertas cosas mías, sí, claro, por supuesto. A todos. Antes también se traumatizaba uno. Lo que pasa es que no se hablaba de eso. Después ya con la educación, con los progresos en la educación, en la teoría de la educación, pues ya vino la cosa de que no es necesaria la violencia, que hay otras maneras de aconductar a la gente”.

“Hay otras maneras de formar hombres y de formar mujeres”.

Kristina Lilley

“Tampoco es que lo agarraran a uno todos los días y por una razón y por cualquier cosa, de una sacaran la mano. No. Había una justificación grande, porque uno ya no obedecía.

“A mí me mamá le encantaba corregir dándome una cachetada, y la mano de mi mamá era muy pesada”.

¿Se traumatizó?: “No, para nada. A mí me parece que era su forma de poner los límites”.

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