Del escenario a la comunidad: cómo la danza y el teatro transforman el dolor en memoria y esperanza

Entretenimiento
Tiempo de lectura: 5 min
por: 

El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.

Visitar sitio

Descubre cómo el arte y la danza transforman relatos del conflicto colombiano en puentes para la comunidad.

Una vida dedicada a potenciar el sentido de comunidad a través del arte caracteriza el recorrido de esta creadora, quien, tras cursar la Licenciatura en Arte Dramático, profundizó en su formación con una maestría en Administración de Entidades Culturales y Creativas en la Universidad de Buenos Aires. Según declaró para El Espectador, su motivación principal no surge solo del afán por alcanzar logros artísticos, sino de la búsqueda constante de espacios donde los individuos puedan encontrarse auténticamente y compartir experiencias genuinas. Se considera así misma una apasionada por la posibilidad de crear lazos colectivos, donde la experiencia, el conocimiento y la humanidad se entrelazan para impulsar procesos comunes.

A lo largo de su trayectoria, ha reflexionado sobre cómo las artes, más que un fin, representan un medio para conectar y transformar. Su interés por la comunicación social y la publicidad surgió como una alternativa profesional antes de decidirse definitivamente por el teatro. Sin embargo, confiesa que fue el teatro, gracias a la oportunidad de integrarse a un grupo y superar la timidez personal, lo que despertó en ella una profunda satisfacción y sentido de pertenencia. Así, su quehacer creativo se distingue por ese enfoque relacional y comunitario, orientado a trascender la simple exhibición para propiciar vínculos duraderos.

Esta visión se refleja claramente en proyectos donde el enfoque va más allá de la presentación de una obra. Como explicó en entrevista a El Espectador, el arte tiene la potencialidad de forjar comunidad desde la empatía y la participación activa, buscando que los espectadores y los artistas permanezcan conectados más allá del evento mismo. Para ella, tejer comunidad implica construir círculos de confianza y colaboración, donde las personas se reconocen mutuamente y habitan procesos conjuntos en el largo plazo.

Un ejemplo concreto de esta filosofía es el surgimiento de “Historias de verdad”, iniciativa cocreada por la organización Dteatro y la escuela de salsa Combinación Rumbera de Cali. El proyecto tomó como punto de partida el volumen testimonial “Cuando los pájaros no cantaban”, parte del Informe final de la Comisión de la Verdad entregado en junio de 2022, empleando videodanzas para traducir mediante el cuerpo y el movimiento los relatos sobre el conflicto colombiano.

Gracias al envío de tres videos a la convocatoria de concertación cultural del Ministerio de Cultura, “Historias de verdad” pudo desarrollarse más a fondo y presentarse en instituciones rurales durante 2024. Más adelante, nuevas oportunidades relacionadas con los procesos de paz permitieron que la puesta en escena viajara al mercado de artes escénicas PAN en Seúl, un espacio relevante para el intercambio y la internacionalización de la obra. En paralelo, la convocatoria Colombia en el Mundo y una invitación al Yokohama Performance Arts Meeting de Japón ampliaron el alcance internacional del proyecto, respaldado siempre por apoyos oficiales.

En escena, la salsa sirve como recurso narrativo para abordar vivencias complejas del conflicto armado. Por ejemplo, en la historia “Más de 20 años”, el aislamiento social de un excombatiente se ilustra corporalmente cuando ningún intérprete acepta bailar con él, mostrando así la exclusión que enfrentan muchos actores del proceso de paz. Asimismo, el paso “repique”, caracterizado por su rapidez, representa momentos de tensión y confrontación, mostrando cómo el movimiento coreográfico comunica emociones y memorias difíciles.

¿Cómo logra el arte construir memoria colectiva en torno a experiencias dolorosas?

La pregunta por la forma en que el arte participa en la construcción de una memoria colectiva cobra especial relevancia frente a iniciativas como “Historias de verdad”. Al emplear elementos expresivos, como la danza y la dramatización, los artistas consiguen traducir los testimonios del conflicto en formas sensibles y accesibles para las comunidades. El proceso no solo promueve el reconocimiento de las víctimas y los sujetos involucrados, sino que busca crear un espacio de reflexión y reparación simbólica, según lo contó la creadora a El Espectador.

Desarrollar estas experiencias artísticas en escenarios nacionales e internacionales también permite que la discusión y comprensión sobre la historia reciente trascienda las fronteras geográficas. De esta manera, el arte se posiciona como una herramienta para facilitar el diálogo social, promover la empatía y tender puentes entre quienes han vivido el conflicto y quienes buscan comprenderlo, contribuyendo así a una memoria común y duradera.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

Temas Relacionados:

Te puede interesar

Entretenimiento

'Tuti' Vargas se fue con toda contra Jessica Cediel y la foto en velorio de su papá, aunque no la mencionó

Entretenimiento

Actor de ‘It’ y ‘The Wire’ fue encontrado muerto en su casa: es aterrador lo que se sabe

Nación

Camila Zuluaga aprovechó llamada de estafa y entrevistó a ladrón; quedó fría con confesión

Mundo

Jóvenes grabaron su propio accidente (fatal) en camioneta y video dejó en evidencia a conductor

Bogotá

Problemas en la iglesia del padre Chucho: vecinos ya no aguantan más lo que está pasando

Economía

Casi $ 2'000.000: en cuánto subiría el salario mínimo "vital" para 2026, según lo último que dijo Petro

Bogotá

Pico y placa en Bogotá tomó a muchos desprevenidos este 24 de diciembre; hay lío con el solidario

Sigue leyendo