Por qué le decían ‘Aquaman’ a Marcelo Cezán y otras curiosidades de él

'Leineker', 'Gilligan' y 'El abuelo' son algunos apodos del presentador, pero el del superhéroe es el que le causa más gracia.

Lo empezaron a llamar así cuando tenía entre 13 y 14 años, todo porque era un “poquito lento” con las mujeres, como él mismo lo dijo en ‘El show de Suso’.

Según contó en ese programa, era inseguro y por eso iba “a la fija” con las mujeres a las que ningún hombre les ‘caía’. “Aquí no hay pierde”, solía decir él.

Cogí esa fama de tener un gusto medio raro hasta que un día un amigo me dijo ‘ve, vos parecés ‘Aquaman’: ¡siempre con un monstruo al lado!’” [risas].

Agregó que ha cambiado y su gusto “ha mejorado”.

El presentador de ‘100 colombianos dicen’ también reveló por qué se cambió su verdadero nombre (Édgar Gómez).

Lo primera razón es que se ‘la montaban’ por llamarse así:

¿Cómo me van a poner Édgar? Encima, le cambian a uno [el nombre] y le dicen ‘Élgar’, otros ‘Ésgar’, y el peor de todos: ‘Vérgar’”.

La otra motivación fue cuando conoció al argentino Eduardo Paz, la persona que descubrió su talento como cantante, en 1992.

[Él] me preguntó ‘¿vos cómo te llamás?’, y le dije ‘Édgar Gómez’. Me dijo: ‘tenés nombre de mayordomo'”.

En ese momento, Paz le indicó que lo llamaría Marcelo, algo que aceptó con gusto. De hecho, Cezán manifestó que odiaba tanto su nombre que incluso si le hubiera puesto ‘Asdrúbal’ a él le habría encantado.

En el programa, Suso también reveló un secreto del famoso: además de ser cantante, presentador y actor, el caleño es odontólogo, una carrera de la que se graduó “sin muchos honores”, manifestó Cezán entre risas.

El caleño contó que cuando salió del colegio su sueño era ser futbolista, pero su padre no lo apoyó y su familia tampoco tenía los recursos para que se dedicara a eso. En ese instante comenzó a pensar qué podía estudiar.

Medicina, arquitectura e ingeniería eran las opciones que tenía en ese momento, pero ninguna lo convencía hasta que llegó a odontología.

Dije ‘esto debe ser fácil’. Cuando me meto a esa vaina, empiezo yo a sufrir porque no era lo mío, no era mi vocación. Sin embargo, dando tumbo lo logré”.