¿Por qué están cerrando las tiendas de barrio (sí, las tradicionales) en Colombia?

La firma Nielsen dio a conocer cifras recientes que dan cuenta de que estos pequeños negocios viven una difícil situación en los últimos años.

Uno de los principales argumentos para el cierre de las tiendas tiene que ver con los cambios en el comportamiento del consumo masivo. Además, el notorio éxito de los negocios pertenecientes al segmento de los hard discount, o tiendas de descuento, que cada vez se vuelven más masivos en todo el país.

De acuerdo con Nielsen, en dos años se han cerrado 22.000 tiendas de barrio, cifra que representa el 10 % de estos negocios a nivel Colombia.

“Como parte de nuestro trabajo hablamos con los tenderos, quienes afirman que no se sienten competitivos con estos formatos  (hard discounters) y con los precios que ellos manejan”, explicó Juan Fernando Saavedra, presidente de Nielsen Colombia, citado por el diario La República.

Sin embargo, reconoce que también se da la apertura de nuevas tiendas de barrio, pero en un porcentaje mucho más bajo que los negocios que cierran. Además, el panorama no es el mejor si se tiene en cuenta que para 2020 y los próximos años se espera la apertura de más tiendas de descuentos.

“Los discounters a través de precios más competitivos y menores desembolsos para el cliente final han ocasionado que muchas categorías de productos que antes la gente no compraba de manera masiva, ahora empiecen a hacerlo. Esto democratiza mucho más el acceso a otras categorías de producto”, explicó Saavedra.

En contraste con la realidad de las tiendas de barrio, desde hace varios meses se conoció una estrategia de los bancos para impulsarlas a través de más corresponsales bancarios en pequeños negocios.

La propuesta ya fue presentada al Gobierno y los bancos hacen fuerza para que sea aprobada.

“Sí es posible, y de hecho hoy pasa. No en corresponsables (bancarios), pero sí en originadoras de crédito. Nos parece adecuado”, señaló en agosto pasado el superintendente financiero, Jorge Castaño, citado por El Tiempo.

Los negocios que podrían incursionar como prestadores de dinero serían droguerías, tiendas de barrio, peluquerías, papelerías y hasta centros de comunicaciones, muchos de estos ya cumplen en rol de corresponsales.