¿Salario mínimo histórico, pero… a qué costo? Pereira y Risaralda en alerta por impacto en empleos y empresas

De acuerdo con expertos, el incremento del salario mínimo afectará con más fuerza a regiones como Pereira y Risaralda por su alta formalidad laboral.

El Gobierno de Gustavo Petro decretó un aumento del salario mínimo para 2026 del 23,7%, llevando el ingreso mensual, incluido el auxilio de transporte, a casi dos millones de pesos en Colombia. Este ajuste tendrá consecuencias particularmente fuertes en regiones como Pereira y Risaralda, que cuentan con altos niveles de formalidad laboral y cuya estructura productiva está compuesta en gran parte por micro y pequeñas empresas. Según el economista Óscar Jiménez, del Laboratorio de Desarrollo Territorial de Risaralda de la Sociedad de Mejoras de Pereira – ProRisaralda, el incremento no solo encarece los costos para los empleadores, sino que acentúa la brecha entre los salarios y la productividad real del trabajador en la región.

Jiménez indicó que si el valor que paga una empresa por cada empleado supera lo que ese trabajador logra producir, las empresas podrían operar con pérdidas. “Si la productividad no aumenta en la misma medida que los salarios, muchas empresas simplemente no tienen otro camino que reducir su planta de personal”, explicó. Este fenómeno amenaza el número de empleos disponibles y los niveles de formalidad que caracterizan a Pereira y Risaralda.

El impacto del aumento del salario mínimo no se distribuye de manera homogénea en la fuerza laboral. De acuerdo con Jiménez, el ajuste afectará principalmente a quienes devengan exactamente el salario mínimo con un contrato laboral formal, un grupo que representa cerca del 40% de la fuerza laboral del país. Aquellos trabajadores formales que reciben salarios superiores no verán un incremento automático, pues esto depende de acuerdos individuales.

Un tema relevante es el de la indexación de precios y tarifas. Mientras que los arriendos se ajustan anualmente según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), en torno al 5,3% para este año, otros conceptos basados en el salario mínimo sí tendrán incrementos considerables. Por ejemplo, las multas de tránsito, ciertos trámites y varios costos asociados al sistema de salud experimentarán alzas proporcionales al nuevo mínimo legal.

El ajuste impacta también a los trabajadores independientes, quienes deberán pagar cuotas de seguridad social más elevadas, pasando de aproximadamente 407 mil a casi 492 mil pesos mensuales. Las cuotas de administración en propiedades horizontales no están fijadas al salario mínimo por ley, pero tienden a subir debido al aumento de los salarios de personal de servicios generales y vigilancia, debiendo ser aprobadas estas alzas por las asambleas de copropietarios.

El escenario descrito por Jiménez anticipa una afectación en la calidad del empleo. Muchas empresas probablemente reducirán puestos o dejarán la carga laboral en menos empleados, aumentando la incertidumbre y dificultando el acceso a trabajos formales. Además, aunque la informalidad en Pereira se encontraba cercana al 33% a finales de 2024, el número volvió a rondar el 45%, por lo que el incremento salarial podría continuar impulsando esta tendencia.

Por otro lado, Jaime Edison Rojas, líder de análisis de datos económicos del Politécnico Grancolombiano, expone que el salario mínimo colombiano pasa a ocupar el quinto lugar más alto en América Latina. Pese a argumentos tradicionales como los riesgos de inflación y coste empresarial elevado, especialmente para las micro y pequeñas compañías, Rojas considera prematuro anticipar el efecto total, ya que el desempleo ha mostrado mejoras.

Empresarios y expertos sectoriales coinciden en alertar sobre riesgos al tejido empresarial, la pérdida de competitividad y un posible aumento de la informalidad. Diego Gómez, gerente de Confetex de Colombia, subraya que el sector textil-confección, altamente intensivo en mano de obra, sufrirá un impacto directo en sus costos. Iván Muñoz, de Acopi Centro Occidente, advierte que la ausencia de negociación perjudica a la mayoría de las MiPymes. Daniel Velandia, de Credicorp Capital, calcula un posible incremento del gasto fiscal para el país, con implicaciones sobre el déficit y la deuda pública.

La problemática central, según Jiménez, tiene su raíz en la baja productividad laboral más que en la confrontación entre trabajadores y empresarios. Si la productividad no mejora, los aumentos salariales seguirán presionando el mercado laboral y la estructura empresarial regional y nacional.

¿Por qué el aumento del salario mínimo genera mayor informalidad?

Esta pregunta surge ante la inquietud de cómo el incremento del salario mínimo, aunque parece beneficiar a los trabajadores formales, puede ocasionar que más personas laboren en condiciones informales sin garantías legales o prestaciones sociales. El temor de las empresas a no poder soportar los costos laborales explica que algunas prefieran no formalizar nuevos empleos o incluso desvincular personal, alimentando así el sector informal.

La relación entre salario mínimo y formalidad laboral es crucial en el contexto colombiano, especialmente en regiones como Pereira y Risaralda, donde la estructura empresarial depende en gran medida de pequeñas empresas con márgenes reducidos. La sostenibilidad del empleo formal se pone en riesgo si las empresas no logran incrementar su productividad al mismo ritmo que los costos. Por eso, entender cómo los incrementos salariales impactan en la formalidad e informalidad del empleo ayuda a analizar las perspectivas sociales y económicas de la región y del país.