Economía
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Se trata de una nueva manera de consumir proteína animal y los que la practican se denominan carnívoros conscientes.
A la hora de alimentarse, cada vez pareciera haber más tendencias. Vea a continuación algunas de ellas:
Con las tantas maneras que existen hoy en día para abordar la alimentación, pareciera que los carnívoros cada vez son menos. Sin embargo, esto está lejos de la realidad; los colombianos ingieren en promedio 35 kilos de pollo al año según la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi), 18 kilos de carne de res y 11 kilos de cerdo de acuerdo con la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y 8.8 kilogramos de pescado per cápita, según la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap).
Lo interesante es que, incluso entre los que consumen proteína animal, también ha nacido una nueva tendencia que cada vez toma más fuerza: los carnívoros conscientes.
Esta nueva tendencia empieza a hacerse cada vez más fuerte en nuestro país.
Según Camilo Jaramillo, gerente de mercadeo de consumo masivo del Grupo Bios, “el consumidor responsable toma decisiones informadas. Esta forma de consumo se ve en todos los segmentos y por supuesto, los que prefieren la proteína animal no podían quedarse atrás”.
En tal virtud, la empresa Friko, que siempre ha tenido compromisos hacia el cuidado animal y responsabilidad ambiental, lanza una campaña que invita a los consumidores a conocer sus procesos.
Son personas que consideran importante alimentarse con proteína animal, no solo porque la disfrutan, sino porque la consideran primordial para una dieta balanceada. Sin embargo, también tienen sus reglas:
Según María Paula Cifuentes, instructora de pilates y estudiosa de comportamientos de consumo de las nuevas generaciones, quien se considera carnívora consciente, “lo más cómodo es pensar que el pollo o la carne que uno consume viene de la nevera o de un supermercado, pero un consumidor responsable debe ser consciente de que no es así. Por lo tanto, debe preocuparse por el proceso que hizo posible tener esa proteína en su mesa. Solo cuando se es consciente de que esa proteína fue un ser vivo, el consumidor se preocupa por exigir a las empresas productoras procesos de calidad y cuidado con el animal”.
Por mucho tiempo, el mercadeo de proteína animal evitó mostrar el animal vivo y se enfocó en mostrar apetitosas preparaciones, pero lo cierto es que esa abstracción del animal, termina haciendo que el consumidor no se cuestione su procedencia. El carnívoro consciente, en cambio, exige más información.
“Conocer el origen del producto ayuda a ser veedores de los procesos. Entendemos que el consumo de proteína animal tiene un costo en la huella de carbono, pero también sabemos que las empresas deben mitigar el impacto. Antes de comprar carne, pollo, pescado o cualquier proteína animal, debemos averiguar qué hace la empresa que produce en esta materia”, enfatiza Cifuentes.
Aunque todos tenemos una presa favorita del pollo, es importante saber que todas las presas son utilizadas, para que haya cero desperdicio. Esta es una tendencia que los grandes chefs del mundo han promovido y es una manera de valorar el beneficio del animal.
Empresas como la productora avícola Friko, lanza su campaña ‘Pollos a Otro Nivel’, en donde, usando como recurso la creatividad y a través de la exageración, invitan a los consumidores a conocer cómo se crían los pollos. La campaña muestra a Don Henry (un operario de granja que lleva trabajando más de 20 años en el campo colombiano), compartiendo aventuras con un pollo. Al final de cada pieza publicitaria, el campesino invita a escanear un código QR que lleva a una página donde se puede conocer datos importantes sobre la crianza del pollo.
“Producir y consumir proteína animal es una gran responsabilidad. Por eso en Friko tenemos un compromiso por lograr procesos de calidad, que garanticen a nuestros clientes que ese pollo que llega a su mesa para alimentar a sus familias, cumple con estándares de calidad y de cuidado animal en su cadena productiva”, comenta Camilo Jaramillo.
Los pollos Friko son pollos a Otro Nivel, porque cuentan con una alimentación balanceada a base de granos, condiciones en granja que garanticen su confort, sanidad, hidratación, camas a base de cascarilla de arroz y viruta de madera, pero sobre todo el mejor manejo con y el cariño con el que los empleados de Friko tratan a los animales. “En nuestras granjas trabajan hombres y mujeres que como Don Henry, le ponen todo el amor a su trabajo y cuidan a los pollos con el mayor respeto”.
Para entender al consumidor de proteína animal en Colombia e indagar qué tan conscientes son los carnívoros nacionales, Friko contrató a la encuestadora Raddar, quién realizó una encuesta a más de 400 carnívoros en Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Barranquilla.
A la pregunta de si consideran importante tener información sobre los procesos de producción de la proteína animal que consume, el 66% de los carnívoros declaró que aunque no lo habían pensado, ahora están dispuestos a hacerlo; el 23% nunca se ha cuestionado sobre los procesos; mientras que el 11% restante aseguró que no consume carne sin conocer su procedencia.
Así mismo, un gran porcentaje prefiere comprar proteína animal de una empresa que asegure el bienestar de los animales. El 48% de los encuestados, asume que las proteínas de calidad vienen de animales que tuvieron buen trato; el 46% de los consumidores de carne dicen elegir marcas que velan por el bienestar animal, solo un 6% declaró que, antepone el precio y que su principal motivación es la economía.
Cuando se les preguntó sobre si creen que las empresas productoras de proteína animal deben ser cuidadoras del medio ambiente y mitigar la huella de carbono que dejan en su actividad, el 75% señaló que definitivamente las empresas deben tener un compromiso no sólo con el medio ambiente, sino con las comunidades que impactan; el 21% aseguran que finalmente todas las empresas impactan el medio ambiente, sin importar su sector, mientras que el 4% restante opinó que hay industrias más contaminantes que las productoras de alimento.
Por otra parte, a la pregunta si creen que un pollo tratado dignamente tiene mejores propiedades nutricionales y de sabor, un 61% de los encuestados, asegura que sí cree que el buen trato y el sabor están relacionados; el 34% considera que posiblemente la carne sea más tierna y con mayores nutrientes y un 4% cree que no influye para nada.
Por último, al indagar sobre qué tan importante es que la empresa de la que proviene el pollo que se consume, brinde buenas condiciones a sus trabajadores, el estudio reveló que el 54% de consumidores siente que si un trabajador está feliz, el producto que genera es de mejor calidad; el 43% además resalta que una de las labores más importantes es la de cultivar o cuidar del alimento y que por ende las empresas agroindustriales deben dignificar el trabajo del campesino, frente a un pequeño 3% que no se fija en las condiciones laborales mientras la calidad del producto sea buena.
Conoce más de Pollos a otro nivel en: www.momentosfriko.com/pollosaotronivel
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