¡Operativo sorpresa en Bogotá! Cierran bares por vender licor vencido y refuerzan vigilancia en fiestas

El pasado 27 de diciembre, la capital colombiana fue escenario de una intensa jornada de control y vigilancia organizada bajo la campaña “Bogotá, mi Ciudad, mi Casa”, con el propósito de reforzar la sana convivencia durante las fiestas de fin de año. La actividad, respaldada por la Policía Nacional y sus distintas especialidades, se llevó a cabo entre las 2:00 p. m. y las 10:00 p. m., e hizo especial énfasis en la inspección a establecimientos comerciales responsables de la venta de licor, espacio considerado de riesgo para la seguridad y salud pública en estas fechas.

Según información oficial difundida por la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia (SDSCJ), en el operativo se inspeccionaron siete locales, de los cuales tres recibieron sanción de suspensión por infringir la normatividad vigente. Las autoridades descubrieron que en estos establecimientos se vendían bebidas alcohólicas vencidas, conducta considerada peligrosa para los consumidores. Además, los funcionarios incautaron 27 unidades de cerveza que estaban almacenadas en frío y listas para su venta, las cuales representaban un riesgo sanitario inminente.

Durante el despliegue institucional, se registraron a más de 130 personas, tanto en la vía pública como dentro de los comercios intervenidos. Las acciones incluyeron la verificación de antecedentes judiciales y la revisión de pertenencias, con el objetivo de prevenir el porte ilegal de armas blancas, según informó la SDSCJ. Así mismo, se realizaron inspecciones detalladas en baños y otras áreas de los locales para descartar la presencia de sustancias psicoactivas o elementos prohibidos, en cumplimiento de la Ley 1801 de 2016, conocida como el Código Nacional de Policía y Convivencia, que regula el comportamiento ciudadano y las condiciones de seguridad en espacios públicos y privados.

Un elemento esencial de la estrategia fue la revisión minuciosa de las bebidas alcohólicas disponibles para consumo en dichos establecimientos. Las autoridades reforzaron la supervisión para verificar que ningún licor estuviera adulterado o vencido. Asimismo, ofrecieron orientación a los propietarios y administradores sobre la correcta identificación de productos aptos para el consumo, con el objetivo de fomentar la legalidad, el autocuidado y la responsabilidad en la protección de la salud pública.

En un comunicado, la SDSCJ reiteró su llamado a la ciudadanía a mantener la prudencia en el consumo de bebidas embriagantes. De acuerdo con cifras actualizadas, cuatro de cada diez homicidios cometidos en Bogotá tienen su origen en episodios de riñas o hechos de intolerancia relacionados directa o indirectamente con el consumo de alcohol. Por este motivo, las autoridades insistieron en la importancia de celebrar con responsabilidad, reflexionar antes de actuar y recurrir a la Línea 123 ante cualquier situación que represente un riesgo para la seguridad propia o ajena.

Estos operativos refuerzan el compromiso institucional de proteger la vida y la integridad de los ciudadanos durante las celebraciones tradicionales, donde suelen aumentar los incidentes asociados al abuso de licor y los comportamientos que afectan la convivencia.

¿Qué sanciones enfrenta un establecimiento por vender bebidas alcohólicas vencidas?

La venta de bebidas alcohólicas vencidas constituye una violación a la normatividad vigente y representa un riesgo serio para la salud de los consumidores. De acuerdo con la Ley 1801 de 2016 y otras regulaciones locales, las autoridades pueden ordenar la suspensión temporal o definitiva de la actividad comercial, decomisar los productos no aptos para el consumo y promover investigaciones administrativas o judiciales en contra del establecimiento. La severidad de la sanción depende del grado de la infracción y de antecedentes previos.

Esta medida busca proteger la salud pública y desincentivar prácticas comerciales irresponsables, especialmente en épocas de alta demanda, como las festividades de fin de año. El cumplimiento estricto de las normas garantiza un entorno más seguro y responsable para todos los ciudadanos.