Murales en TransMilenio: el cine colombiano salta de la pantalla a las calles de Bogotá

En un esfuerzo conjunto por integrar el arte cinematográfico al ritmo del día a día bogotano, el sistema de transporte masivo TransMilenio y la organización Proimágenes Colombia han desarrollado una propuesta que trasciende la promoción tradicional del cine colombiano. Esta alianza, apoyada por el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC), ha transformado los muros de los portales 20 de Julio, Norte y El Dorado en auténticos lienzos urbanos que celebran la riqueza y la diversidad de las producciones nacionales. Según la información difundida por el portal oficial Bogotá, mi Ciudad, mi Casa, los murales también constituyen una invitación al viaje emocional que ofrecen las películas locales, acercando estas historias a los miles de ciudadanos que cruzan diariamente por las estaciones.

Cada mural se inspira en emblemáticas escenas de tres obras recientes del cine colombiano: La Suprema del director Felipe Holguín, El Libro de Lila de la directora Marcela Rincón, y Candelaria de Jhonny Hendrix. El propósito es evocar emociones y resaltar la conexión del público con producciones que reflejan la identidad nacional. Esta estrategia, señala Proimágenes Colombia, busca fortalecer los lazos entre los espectadores y las películas creadas en el país, extendiendo el acceso al cine más allá de las tradicionales pantallas y salas de exhibición. Así, los espacios de tránsito frecuente se convierten en puntos de encuentro con la cultura y la creatividad local.

La transformación física y cultural de las estaciones no es casual. Desde hace meses, TransMilenio ha sido escenario de la difusión y promoción de la cartelera del cine colombiano a través de videos y material publicitario, dando a conocer una creciente variedad de estrenos de distintos géneros. Claudia Triana, directora de Proimágenes Colombia, destaca cómo estas acciones permiten que “las películas colombianas que llevamos en el corazón salen de las pantallas para encontrarse con la gente allí donde transcurre su cotidianidad, en estaciones por donde miles de ciudadanos pasan a diario”. Su declaración deja claro que el objetivo es acercar el arte cinematográfico a la vida diaria e instalarlo como parte del imaginario citadino.

La intervención artística está a cargo de Moira Estudio Creativo, un colectivo que conjuga el arte, el diseño y la comunicación visual. Su propuesta va más allá del embellecimiento: transforma los espacios de tránsito en experiencias colectivas, dotando a los mensajes visuales de un sentido de pertenencia y de identidad compartida. Según María Fernanda Ortiz, gerente general de TransMilenio, la iniciativa suma más de 170 obras que han convertido al sistema en un auténtico museo de arte al aire libre, donde 4 millones de usuarios pueden vivir el viaje diario de manera distinta, encontrando en el arte un lazo de conexión cultural.

El respaldo fundamental de estas actividades corresponde al Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, regulado por la Ley 814 de 2003. Este fondo se nutre de una cuota aportada por exhibidores, distribuidores y productores nacionales, y es administrado por Proimágenes Colombia bajo las directrices del Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía (CNACC). Los recursos obtenidos se destinan a la producción de películas, formación de talento, promoción, internacionalización y preservación del patrimonio audiovisual, consolidando un sistema que impulsa el desarrollo integral del cine colombiano y su presencia en la vida pública.

¿Por qué el arte urbano es una estrategia efectiva para la promoción cultural en espacios públicos?
El uso del arte urbano como herramienta de promoción cultural, especialmente en lugares de gran circulación como estaciones de transporte, ofrece a la ciudadanía la posibilidad de interactuar con manifestaciones artísticas en su cotidianidad. Estas iniciativas aportan al sentido de pertenencia, visibilizan talentos locales y permiten que expresiones culturales lleguen a un público diverso.
En el contexto bogotano, intervenciones como los murales en TransMilenio muestran cómo el arte puede adaptarse a la vida urbana, ampliando el acceso a la cultura más allá de los espacios tradicionales y colaborando activamente en la recuperación y resignificación de los espacios públicos.