El crédito de este avance lo tiene la Universidad de Utah (Salt Lake City, Estados Unidos) que desarrolló una innovación que podría ser el siguiente paso de la poderosa industria sanitaria, informó El Espectador.

El equipo de estudiantes que está detrás del proyecto llamó a su invento ‘Shero’ y están seguros que será un aporte para reducir la cantidad de desechos inorgánicos que podrían tardar hasta 500 años en descomponerse.

Se cree que una mujer puede llegar a usar unas 17.000 toallas o tampones higiénicos y que todo ese material contaminado y fabricado con químicos termina comprimido en los rellenos sanitarios, o envenenando la vida de los ríos.

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Los materiales, explicó el profesor Jeff Bates, permitirán una descomposición que iría entre los 45 días y los 6 meses de duración.

El laboratorio integró en un solo producto elementos orgánicos como algas, hojas de plátano y algodón sin procesar. Y aunque suene a comercial, los responsables de la investigación aseguran que estas toallas son más delgadas y absorbentes que las que fabrica la industrial sanitaria en la actualidad.

La iniciativa se desarrollará en países en vía de desarrollo como Guatemala en donde los niveles de contaminación pluvial son alarmantes.

Solo en Colombia, las ventas de toallas higiénicas en 2015 ascendieron a los $554.900 millones de pesos equivalentes a unas 2.423 millones de unidades, según un informe que sobre este particular hizo el diario La República. 

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