Como es bien sabido, el confinamiento durante la pandemia por COVID-19 hizo que muchas personas se aburrieran o comenzaran a sufrir de trastornos mentales, como depresión y ansiedad.

Este cambio de rutinas, malestar e inseguridad han provocado la aparición de síntomas de ansiedad, estrés, depresión y soledad en la población general”, dice el doctor Jesús González Moreno, director del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Internacional de Valencia, España, citado por el portal de salud mental Porque Quiero Estar Bien.

El galeno añade: “Es pronto para saber cómo ha influido en personas con afecciones psicológicas anteriores o con un diagnóstico de trastorno mental, y también cómo esta situación ha podido intensificar el afloramiento de trastornos latentes.

Por esta razón, el doctor Adam Winstock, fundador y director del Global Drug Survey dijo, citado por el diario británico The Guardian, que durante la pandemia la gente comenzó a “tomar microdosis para automedicarse, en vez de seguir la tendencia común en Silicon Valley de consumir pequeñas cantidades de sicodélicos para mejorar la creatividad”.

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Otra de las razones para la automedicación, dice el estudio, sería el de las largas esperas para tener atención a la salud mental durante los meses de confinamiento y posteriores, lo que obligó a las personas a tomar cantidades moderadas de ciertas drogas ante la ausencia de una fórmula emitida por un médico.

Eso en cuanto a los medicamentos para la salud mental, como ansiedad y depresión, pero el estudio también encontró que muchas personas acudieron a drogas recreativas, como los hongos alucinógenos y el LSD: “Creo que la tendencia está cambiando y la gente está consumiendo estas sustancias, más que por mejorar la creatividad, por sentirse bien y atender su salud mental”, señala el doctor Wincock.

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Una quinta parte de quienes se automedicaron microdosis tomaban medicamentos siquiátricos, un 25 % reportó haber dejado de tomar sus medicamentos y otro 25 % dijo haber reducido su ingesta.

En la encuesta Global Drug Survey 2021 participaron 32.000 personas de más de 20 países, entre diciembre de 2020 y marzo de 2021. Allí se reflejó el impacto del coronavirus y, pese a la automedicación, el desplome en el consumo de sustancias sicotrópicas.