En el interior no venía un mensaje como tal, sino un GPS para localizar la ‘botella’ que había viajado desde Islandia hasta la costa de los Inner Hebridges, indicó Mashable.

La ‘botella’ había sido lanzada al mar por la compañía islandesa Verkís, y hace parte de un experimento que pretende mostrar a los niños que los residuos en el mar no desaparecen, indicó el portal.

Se lanzaron dos ‘botellas’ desde un helicóptero a 40 kilómetros de la península de Rekiavik el 10 de enero de 2016. Y se preveía que llegaría a las costas de Noruega, pero las condiciones climáticas cambiaron su destino y terminaron una en Escocia, y la otra a unos 300 km de la costa británica, informó Verkis en su portal web.

La posición de ambas “botellas” puede seguirse a través del portal de la compañía islandesa, donde cada 4 horas se actualiza la posición de cada una.

Verkis aseguró que la segunda botella podría tocar tierra en playas británicas en las próximas semanas, pero los cambios en el viento podrían alterar su destino.

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