Se anticipan las campañas políticas. Con la entrevista del director de Caracol Noticias, Juan Roberto Vargas, a Germán Vargas Lleras, en días pasados, baja la banderola del partidor. Como en la fórmula uno, el que arranca primero lo hace con una mayor ventaja.

Y esa ventaja se vio reflejada en este programa por varios motivos. Vargas, el candidato, dominó a su interlocutor en varios aspectos. El político demostró que tiene gran cancha para el manejo de los medios. Con estrategias como la de los videos de prueba en contra de sus opositores, con la repetición enfática de ciertas respuestas -entre otros manejos- el nieto de uno de los considerados mejores presidentes colombianos (Carlos Lleras Restrepo), demostró que lleva la política en lo profundo de sus venas.

Considero que este primer “conversatorio” tuvo múltiples fallas a nivel  periodístico. Juan Roberto Vargas se dejó arrinconar en las cuerdas por Vargas Lleras, quien con un tono por momentos desobligante despotricaba de manera poco amable de sus opositores.

Aunque el aspirante a la presidencia de nuestro país quiso centrar la discusión en sus dudas por los vacíos jurídicos de la Justicia para la Paz, JEP, dejó un tufillo de que esto le resultaba, más bien, como una excusa para mostrar sus dotes de “estadista” y presentarse como férreo opositor al proceso de paz. Elevando estos temas como sus más relevantes argumentos ante la opinión pública.

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Otra hábil estrategia fue que el programa se publicara un lunes festivo, justo al regreso de los paseantes de puente festivo.

Aunque han pasado ya algunas semanas de la presentación del Noticias Caracol, y su director invitó a Humberto de la Calle, uno de los candidatos a esta larga y compleja carrera por un cargo que, para muchos, no es entendible que tenga tanto interés, por todos los complejos problemas que contrae.

Ahora en todos los demás medios, día tras día y semana tras semana, seguirán apareciendo entrevistas con los diferentes interesados en el primer cargo de la República. El reto para el periodismo será especialmente alto. Cómo buscar algún equilibrio en la información entre “tantos opcionados”, con variaciones ideológicas tan sutiles por un lado y tan extremas por el otro. Léase partidos tradicionales por un lado, el Centro Democrático por otro, verdes, Farc y los innumerables candidatos inscritos a través de firmas.

La primera vuelta apena comienza, pero la carrera comienza a mostrar favoritos. Muchos de ellos, no con el favor de los electores, sino más bien de los encuestadores y porque no de ciertos intereses periodísticos.

Lograr un equilibrio perfecto es imposible, pero al menos esperemos que los medios, y porque no, con el apoyo de los portales y redes sociales se logre que la opinión pública reciba una imagen apropiada de las posibilidades y de las verdades y realidades de los interesados en gobernar nuestro país.

Es importante tener en cuenta los nombres de quienes ya están en la palestra política. Pero ojalá otras voces algo aisladas tengan también espacio para ser escuchadas. Los candidatos con inmenso poder económico e influencia política deberían ceder espacio a quienes con las uñas han decidido de manera más o menos independiente hacer el esfuerzo de escuchar sus voces ante la opinión pública.

Como en las escuderías automovilísticas, hay algunas con más nombre que otras. Necesariamente habrá que haber alianzas para que alguno llegue primero a la meta. Lamentablemente la competencia no comienza en igualdad de condiciones.

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