Justo cuando pensabas que la pandemia había terminado y era hora de enfrentar las terribles consecuencias para la mayoría de los países y sus ciudadanos; en 5 de las ciudades más grandes e industriales de China, nada menos que 30 millones de personas vuelven a estar en cuarentena extrema, como al comienzo de esta pesadilla, 24 meses atrás.

Al tiempo que esto sucede a kilómetros de distancia, seguimos absortos en los resultados de las recientes elecciones para el nuevo Congreso, aterrados por la violencia que nunca acaba y el empobrecimiento sin fin por los confinamientos y sus repercusiones que siguen avivando las brasas de una polarización que está consumiendo a fuego lento nuestra democracia.

Y aunque parece increíble que Izquierda, Derecha y Centro, coincidan en las acusaciones de fraude en los resultados electorales, más que un milagro, es una tragedia.

Luego del conteo preliminar, el país se durmió la noche del domingo 13 de marzo, con resultados no muy diferentes a los habituales para una elección como esta, cambiamos los nombres, pero no apellidos ni castas. Es decir, habrá un cambio de equipos y camisetas con pocas y nuevas incorporaciones.

Sin embargo, como sucedió en vísperas de las elecciones, hubo gritos de fraude a los cuatro vientos. Quejas que se materializaron en denuncias con los primeros discursos de la noche.

Un peligro que parece repetirse, como ya había sucedido en la década de los 70 del siglo pasado, y que desató 50 años de violencia con terribles implicaciones hasta el día de hoy.

Se puede decir, con algo de sarcasmo, que nuestro sistema electoral es mixto, ya que es una mezcla de la forma en que lo hemos hecho desde los primeros años de la nación con un poco de la tecnología actual.

Por ejemplo, sumamos los votos a mano, que se cuentan uno a uno, y que fueron depositados en ciento doce mil cajas de cartón en los 32 departamentos del país.

Después de ese conteo de mesa, los jurados capacitados un mes antes de la elección llenan formularios a mano con tinta negra, que incluso se pueden enmendar y tachar. Estos resultados finalmente se introducen en un software que ha sido objeto de gran controversia.

El lunes al mediodía, apenas 20 horas después de conocerse los resultados, se produjo un cambio inesperado en la composición del Congreso dominical, pues no se contabilizaron quinientos mil votos que aparecieron de repente.

A pesar de la repercusión de las denuncias en las redes sociales y las riñas entre abogados y voluntarios en las oficinas locales de la Registraduría hasta por el último de los votos; en un gran debate entre candidatos presidenciales que duró casi 3 horas, ni siquiera se tocó el tema.

En la tarde del martes 14, unos y otros gritaban a voz en cuello: ¡fraude! ¡hubo fraude!

Nunca antes, en los últimos tiempos, unas elecciones al congreso fueron tan cuestionadas.

Pasaron 10 días con muchas denuncias junto a supuestas evidencias de un fraude masivo, la mayoría de los partidos políticos finalmente acordaron a regañadientes esperar los resultados del escrutinio final, evitando un recuento completo de los 19 millones de votos uno por uno.

Queda esperar el cierre definitivo de ese escrutinio y las demandas que vendrán en un camino largo y tortuoso que valide la elección, lamentablemente, espuria desde antes de suceder.

Nadie fue considerado perdedor, pero con 19 senadores, lo que nunca había sucedido en la historia democrática del país, esos viejos sectores de izquierda históricamente imposibles de unir, tienen por primera vez una posición de fuerza en el Congreso. Y con más de seis millones de votos en su consulta aparecen como favoritos para ganar la presidencia, incluso en primera vuelta.

Los partidos tradicionales mantienen una representación importante así no sean los primeros ni los más votados.

Conclusión:

  • Las maquinarias, la burocracia, el estado empleador y los partidos tradicionales de siempre se quedaron como mayorías para equilibrar la balanza en caso de gane la Presidencia la fórmula de la izquierda.
  • Es una realidad que la injusticia común une a las personas. No es menos cierto que el líder que logre representarlos, refiriéndose reiteradamente a esta insatisfacción, será identificado como la solución, aunque no lo sea, para el conjunto de esas personas.
  • En todas las épocas, esta táctica se ha utilizado para ganar poder y el favor de las masas. Una herramienta insuperable de repetición e insistencia, que fue utilizada magistralmente por terribles tiranos.

Posdata:

Cuando el calendario marca el tercer mes del año 2022, han pasado cuatro semanas desde el inicio de la invasión de Ucrania y las casi inmediatas y severas sanciones económicas y morales contra Rusia y su pueblo.

Las consecuencias de la guerra comienzan a sentirse, así como el temor colectivo a escenarios que presagian devastación, aumento de los precios de los alimentos, escasez y desempleo en todo el mundo.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.