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Escrito por:  Julian Bermúdez
Editor     Abr 10, 2024 - 6:39 pm

La designación de José Ismael Peña como nuevo rector de la Universidad Nacional provocó desde el 21 de marzo diferentes manifestaciones dentro y fuera de la institución educativa pública. Los estudiantes se declararon en paro por esos hechos, pero los hechos violentos comenzaron el pasado lunes 8 de abril.

Ese día, según le dijo a Pulzo, el vigilante de la universidad René Rodríguez* “varios encapuchados hicieron una toma al edificio Uriel Gutiérrez”. Esta es la sede administrativa de la U. Nacional y estas personas hicieron evacuar a los trabajadores para poder cometer sus hechos. “Hurtaron un radio de comunicación, rompieron vidrios, saquearon y entraron violentamente”, añadió este guarda de seguridad, uno de los 70 que hacen parte del Departamento de Vigilancia de la universidad.

José Martínez*, otro integrante del equipo de seguridad de la universidad, le contó a Pulzo más detalles de esa toma violenta por parte de “personas con armas blancas, machetes y demás”, que “empezaron a romper las cámaras”.

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Junto a esta sede, aunque con otra entrada, está el área de la oficina de emergencias y de control de monitoreo de cámaras. Según cuentan los dos miembros del equipo de seguridad de la universidad, desde el martes en la mañana, hay un compañero de ellos al que no le permiten hacer el relevo correspondiente, por lo que ya completó más de 24 horas retenido en contra de su voluntad y con limitaciones.

“Se quieren tomar el área de la oficina de emergencias y de control de monitoreo de cámaras y tienen secuestrado a un compañero que está dentro de esta oficina y no lo dejan entrar comida ni ningún alimento”, dijo Rodríguez.

“El martes, no permitieron el relevo del centro de emergencias de la universidad porque decían que tenía que salir del sitio, ya que no iban a permitir que una persona estuviera allí. Ahí están todos los equipos que reciben las alarmas y es desde donde se manejan las emergencias como inundaciones, incendios y demás situaciones del campus”, añadió Martínez sobre esta situación.

Si bien el Departamento de Seguridad son unos 70 vigilantes de planta, hay una vigilancia que son contratistas de empresa privada; juntos pueden ser unas 200 personas. Todos ellos  cuentan con cursos de capacitación de Derechos Humanos para llevar un control sin salirse de los parámetros, pero los encapuchados no permiten que el hombre que está en esta importante sala salga de allí.

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La situación es sumamente preocupante en dos sentidos. Primero, la salud y seguridad del vigilante que está allí retenido, pues les preocupa que los encapuchados no permiten que nadie le dé algo de alimento o bebida. Segundo, si permiten que los encapuchados tomen control de esta sala, la seguridad de todo el campus estaría gravemente comprometida y delincuentes podrían quemar sedes o cometer otras acciones que afecten a los estudiantes o la infraestructura.

Sobre el secuestrado, Martínez* señaló que “es un funcionario de planta de la universidad, que lleva más de 30 años de servicio en la institución y tiene cerca de 52 años de edad”.

Problemas en la Universidad Nacional, ¿sin solución?

En el lugar han hecho presencia funcionarios de la Personería y de la Defensoría, además, desde la Universidad Nacional les han pedido a los enchapuchados que permitan la alimentación, sin embargo, todas estas conversaciones han sido sin fruto.

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El grupo de Vigilantes y Coordinadores de la División de Vigilancia y seguridad emitió un comunicado en el que piden la intervención de grupos o personas de Derechos Humanos para que intervengan y ayuden a que este trabajador sea relevado, pues, para ellos, es imposible que no haya una persona de seguridad en este centro de emergencias.

Por ley, la Policía no puede ingresar a las universidades públicas y, por eso, en rueda de prensa, el alcalde Carlos Fernando Galán dijo: “Hay una autonomía universitaria y no tenemos la jurisdicción de entrar. Es una decisión que debe tomar el Gobierno Nacional. Nosotros podemos custodia la periferia, pero dentro no podemos hacer nada”.

Actualmente, el edificio está custodiado por encapuchados y aunque en otras partes de la universidad los estudiantes participan en protestas y manifestaciones que realmente son pacíficas, un hombre está privado de la libertad en un edificio de la misma Universidad Nacional.

*Ambos nombres fueron cambiados por seguridad de los trabajadores

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